alicante - Un joven de 29 años con una discapacidad física del 84%, que le obliga a desplazarse en una cama articulada, pidió ayer en un juicio contra el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) 30.000 euros por daños morales después de que se le prohibiera la entrada a un concierto.
El demandante, Alfredo Sánchez Sansano, llegó acompañado de sus padres al juicio en el juzgado de Primera Instancia número 2 de Elche en una furgoneta especialmente adaptada ya que sufre una distrofia muscular que le obliga a desplazarse en una cama mecánica que lleva una máquina respiratoria.
Ante el juez, relató que es de la pequeña localidad de Crevillent al igual que el compositor Marcos Galvany (ausente en la vista por estar en Estados Unidos), y explicó que éste le invitó en octubre de 2013 a su ópera Oh My Son cuando la misma se representara en el ADDA.
Según su testimonio, el compositor le dijo que “se encargaría de todo” y añadió que desde entonces estuvo “soñando” con el momento de asistir a la ópera.
Finalmente, la representación tuvo lugar el 13 de abril de 2014 aunque unas horas antes, justo en el momento en el que era montado en su vehículo para acudir, recibieron una llamada advirtiendo que no podrían entrar.
Su padre indicó que anteriormente habían acudido a otros auditorios y que no habían tenido “ningún problema”, y prosiguió que, a través de un intermediario, unos días antes se les había dicho que no habría inconveniente para acudir.
Aunque piden 30.000 euros por los daños morales, aseguró que la familia “no quiere dinero, sólo dignidad”.
También sostuvo que en ningún momento tuvieron noticia de que hubiera habido que presentar una solicitud formal por escrito para acceder con la cama como, en cambio, se ha informado desde ADDA.
Al parecer, desde el auditorio advirtieron al compositor de que debía presentar una petición escrita con los datos técnicos de la cama aunque, sin que se sepa el motivo, ésta no se formalizó. - Efe