Hoy, 27 de enero, se conmemora el 70 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, una fecha que en todo el mundo recuerda el drama que vivieron millones de judíos durante la II Guerra Mundial y que este año llega precedida por las tensiones entre Rusia y Polonia.

Según los historiadores, el 90% de las víctimas de Auschwitz, a las que los nazis alemanes asesinaban con gas Zyklon B para incinerar después sus cuerpos, eran judíos procedentes de toda Europa, y el resto, partisanos polacos, gitanos, homosexuales y presos soviéticos.

El 26 de enero de 2007 la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución 61/255 que condenaba la negación del Holocausto y elegía la fecha de la liberación del campo de exterminio para celebrar el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, con el fin de no olvidar jamás la “solución final nazi al problema judío”.

tensiones Aunque esta fecha debería servir para que los países olvidasen al menos por un día sus diferencias y promoviesen el entendimiento y el diálogo, el 70 aniversario de la liberación de Auschwitz llega envuelto en la polémica por la ausencia del presidente ruso, Vladímir Putin. El jefe del Kremlin no estará en los actos organizados en el antiguo campo de exterminio porque dice no haber sido invitado.

Auschwitz se ubica en el pueblo polaco de Oswiecin (a unos 50 kilómetros de Cracovia), y son las autoridades del museo-memorial en que hoy se ha convertido el campo de exterminio las encargadas de organizar los eventos.

Las relaciones entre Polonia y Rusia atraviesan su peor momento de las últimas décadas a cuenta de la crisis de Ucrania, pero el museo asegura que se han enviado invitaciones generales a todos los países de la Unión Europea y al resto de naciones que aportan fondos al mantenimiento de Auschwitz, incluida Rusia.

Han confirmado ya su presencia al menos once presidentes, entre ellos el de Francia, François Hollande; Alemania, Joachim Gauck, y Ucrania, Petró Poroschenko. Finalmente, Rusia estará representada por su viceprimer ministro, Serguéi Ivanov, una mínima representación si se tiene en cuenta que el 27 de enero de 1945 fueron las tropas soviéticas las que liberaron Auschwitz-Birkenau. El campo ya había sido abandonado por las autoridades nazis y estaba poblado sólo por unos cientos de prisioneros que aguardaban pacientes la llegada de la muerte por inanición y frío.

Tropas soviéticas, sí, pero “soldados ucranianos”, puntualizó días atrás el ministro polaco de Exteriores, Grzegorz Schetyna, quien añadía así más leña al fuego a las ya escuálidas relaciones ruso-polacas.

Schetyna no tardó en ser contestado por el Kremlin, que lamentó esas palabras por menoscabar el papel del Ejército Rojo en la liberación del campo de exterminio y acusó a Polonia de pretender reescribir la historia.

Se trata de un episodio más en el mal momento que atraviesan las relaciones entre dos países que ni siquiera se dan tregua en la conmemoración de una fecha que debería recordar a la humanidad el precio de la barbarie, el odio y el enfrentamiento.

presencia de supervivientes Unos 300 supervivientes participarán hoy en los actos con motivo de la conmemoración del 70 aniversario de la liberación del campo alemán nazi de concentración y exterminio y piden que se recuerde el holocausto.

Entre ellos, Angela Orosz, que vuelve por primera vez a Auschwitz desde que nació en este campo de exterminio hace 71 años. “Estoy nerviosa, voy a caminar sobre tumbas, cada una tiene la sangre de alguien en ella”, explica esta superviviente.

Los padres de Orosz, judíos húngaros, fueron capturados y transportados a Auschwitz en mayo de 1944. La madre de Angela, Vera Bein, tenía 25 años y estaba embarazada de dos meses. Al llegar al campo de exterminio, Bein no fue enviada a las cámaras de gas pero se convirtió en conejillo de indias para experimentos de esterilización. Sin embargo, la paciente sobrevivió y el 21 de diciembre de ese año, dio a luz oculta en un barracón. La niña nació con un kilo de peso pero con la leche de su madre logró sobrevivir, hasta que el Ejército ruso liberó el campo el 27 de enero de 1945.

Orosz considera que los actos de conmemoración de este martes mostrarán al mundo que “nunca” se puede olvidar lo que ocurrió y ve muy importante que los supervivientes ofrezcan su testimonio, que se proyecten documentales y haya museos como el de Auschwitz para que las generaciones sepan “que el Holocausto ocurrió”. Sobre el antisemitismo en el mundo, Orosz apunta que lo que más pena le da es “que nada ha cambiado” porque hay “cada vez más antisemitismo” y “el mundo se queda callado”.

Por otro lado, para el superviviente de Hungría Imre Varsányi, vivir este 70 aniversario será “muy duro” por la cantidad de recuerdos que le vienen a la memoria. En cualquier caso, considera “muy importante” hacer memoria “no solo en este tipo de conmemoraciones”. Varsányi tenía 14 años cuando en 1944 llegó a Birkenau y le separaron de sus padres. Después supo que su familia había sido asesinada en las cámaras de gas. Las noches eran “terribles”: sin aire, tumbados unos junto a otros, sin espacio para moverse.

patrimonio Hoy, Auschwitz-Birnkenau es patrimonio de la Humanidad de la Unesco y un museo-memorial que cada año visitan más de un millón de personas que mantienen un silenció encogido cuando acceden al campo dejando atrás el letrero Arbeit macht frei (El trabajo os hace libres). Constituye un testimonio vivo del horror de 200 hectáreas, más de 150 edificios y una cantidad increíble de documentos y otros objetos que prueban los crímenes cometidos por los nazis en la II Guerra Mundial.

Los actos. Organizados por el Museo de Auschwitz-Birkenau y el Consejo Internacional de Auschwitz, darán comienzo hoy las 15.30 horas frente a la Puerta de la Muerte Death Gate de Auschwitz II-Birkenau.

El campo de exterminio. Auschwitz fue construido por los alemanes en 1940 como lugar para encarcelar a polacos y a partir de 1942 se convirtió, según explican los organizadores de los actos, en “el lugar de exterminio de judíos más extenso de Europa”.