La ministra de Fomento, Ana Pastor, sigue sin aclarar si en su próxima solicitud de ayudas europeas dará prioridad o no a la Y vasca y a la conexión ferroviaria con Francia, prioritaria según Bruselas para eliminar uno de los cuellos de botella que existen en la red básica europea, pero asegura estar comprometida a pedir la “máxima financiación” posible en el marco del mecanismo Conectar Europa y del nuevo plan de inversiones estratégicas diseñado por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Un instrumento que aspira a movilizar 315.000 millones de euros durante los próximos tres años para proyectos que impulsen el crecimiento y el empleo. “Hay un grupo de trabajo permanente y tenemos un documento a punto de cerrar donde estarán incluidos todos los grandes proyectos de nuestros corredores. No se habla de nada virtual. Son obras en marcha, como la Y vasca que, efectivamente, es uno de los proyectos para los que se pide financiación comunitaria”, explicó ayer al término de un Consejo de ministros de transportes en el que los 28 reivindicaron la necesidad de seguir invirtiendo en iniciativas de alto valor añadido para Europa. Pastor, que no quiso entrar en detalles sobre cuáles serán los proyectos escogidos dentro del corredor atlántico o el corredor mediterráneo, a cuánto ascenderá la petición de financiación ni si acelerarán las inversiones en la Y vasca, solo precisó que se trata de una conexión “madura” en la que “se han invertido ya más de 2.500 millones de euros”.
Hasta el 22 de diciembre Pese a esta ambigüedad de la ministra, Europa sí tiene claro donde deberían centrar los gobiernos su esfuerzo. “La financiación europea en infraestructuras de transportes, a través de la Facilidad Conectar Europa, debería concentrarse en la red básica y combinarla allí donde sea importante con el nuevo fondo de inversiones estratégicas”, señala un documento de conclusiones pactado ayer por los 28 en el que recuerdan que la fecha límite para que los coordinadores de los nueve corredores centrales, entre ellos el atlántico y el mediterráneo, entreguen sus planes de trabajo expira el 22 de diciembre. Hasta ahora los coordinadores europeos eran meros mediadores aunque a partir de ahora se convertirán en actores con responsabilidad para diseñar una especie de hoja de ruta, con plazos de ejecución, información sobre cuellos de botella y propuestas para eliminar las barreras técnicas, operativas, administrativas o físicas.
Y es que no todos los actores implicados en el desarrollo de las redes transeuropeas de transportes, y basta con mirar los ritmos de ejecución o licitación de unos y otros en los últimos años, actúan con la misma voluntad. De ahí que el Consejo de ministros de transportes reconozca también la importancia de lograr “una cooperación más estrecha entre Estados miembros, coordinadores europeos y la Comisión”, especialmente para llevar a buen puerto proyectos transfronterizos como puede ser el eje Gasteiz-Dax. De hecho, el Consejo recuerda que una vez que los gobiernos aprueben los planes remitidos por los coordinadores -Carlo Secchi en el caso del atlántico- Bruselas tendrá potestad para modificarlos en el caso de los proyectos transfronterizos.
A la espera de ver qué da de sí el nuevo plan diseñado por Juncker y las posibles sinergias con los fondos ya previstos dentro del presupuesto 2014-2020 para redes transeuropeas de transporte, Fomento tiene una ventanilla a la que llamar. El próximo 26 de febrero expira el plazo para solicitar parte de los 7.000 millones de euros del mecanismo Conectar Europa incluidos en la convocatoria lanzada por Bruselas en septiembre pasado. Un dinero cuyo grueso se centrará en cofinanciar proyectos de la red básica de corredores, la interoperabilidad ferroviaria así como la implantación del sistema de seguridad ERTMS. “Se espera que se asignen a infraestructuras que aborden los problemas esenciales a lo largo de los corredores, como la Y vasca, necesaria para hacer posibles servicios ferroviarios transfronterizos interoperables entre Francia y España”, precisaba esta semana la comisaria Violeta Bulc en respuesta a una pregunta remitida por la eurodiputada vasca Izaskun Bilbao.