SEVILLA. Este último acto público con las exequias de la popular aristócrata estará presidido por el cardenal y arzobispo emérito de Sevilla Carlos Amigo Vallejo.
Al lugar ya han llegado centenares de sevillanos y curiosos, además de Carmen Tello y su esposo Curro Romero, que acompañarán a la familia mientras el que fuera Arzobispo de Sevilla entre 1982 y 2009 y amigo de la Duquesa de Alba, Carlos Amigo Vallejo, celebra la misa en el Altar del Jubileo de la Catedral hispalense.
Para los familiares y allegados a la familia de Alba no directos, también se han dispuesto unas 60 sillas en el entorno más cercano al féretro de Cayetana de Alba. Está prevista la asistencia a la misa funeral de la infanta Elena y el ministro de Defensa, Pedro Morenés, entre otras autoridades y personalidades.
Tras la incineración del cuerpo, el santuario de la hermandad de los Gitanos, a la que pertenecía la duquesa, acogerá por la tarde una ceremonia en la que la familia depositará parte de las cenizas en una de sus capillas laterales, toda vez que el resto de las cenizas serán depositadas en Madrid, en el panteón de la Casa de Alba.
MILES DE PERSONAS EN LA CAPILLA ARDIENTE
La misa funeral se celebra después de que decenas de miles de personas hayan visitado la capilla ardiente que se instaló desde ayer al mediodía en el salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla.
Sobre las 21.00 horas de ayer jueves, el Ayuntamiento de Sevilla contabilizaba unas 70.000 visitas a la capilla ardiente de la aristócrata, entre ellas las protagonizadas por la presidenta de la Junta, Susana Díaz; la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo; el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo; o figuras del mundo del espectáculo y las tradiciones, como los artistas del dúo musical Los del Río o el torero Julio Aparicio.
El féretro de Cayetana Fitz-James Stuart ha estado instalado en el salón Colón, corazón de la Casa Grande hispalense y lugar habitual de celebración de los actos institucionales y los plenos, cubierto por la bandera de España y la de la Casa de Alba. Allí ha permanecido bajo dos lienzos que muestran las tallas de la Hermandad de los Gitanos, a la que la duquesa profesaba una intensa devoción y a la que, de hecho, pertenecía. Los priostes de la hermandad de los Gitanos, además, instalaron en torno al féretro los hachones rematados con cirios usados usualmente durante los cultos de la hermandad.