vitoria - La mayoría de los adolescentes se han situado, por méritos propios, en el ojo del huracán de las nuevas tecnologías. Atrapados y fascinados por los encantos más superficiales e inmediatos de las redes sociales, han descuidado y en algunos casos despreciado valores y actitudes esenciales para la convivencia tanto en la vida real como en la virtual. Esta circunstancia, preocupante para el mundo de los adultos, ha espoleado al equipo de PantallasAmigas, una plataforma que vio la luz hace diez años, a redoblar sus esfuerzos para promover el uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías desde esas edades más tempranas.

@PeteryTuiter es su última iniciativa. Se trata de una experiencia educativa dirigida a los adolescentes pero de la que también los adultos -padres, madres y profesores- pueden extraer valiosas lecciones. El objetivo es capacitar a niños y jóvenes en el disfrute de Internet y evitar un tuitidio colectivo por un uso indebido de esa red cuyo contenido se propaga con gran velocidad y donde las meteduras de pata pueden tener un alcance impensable; por ejemplo la comisión de un delito por la revelación de datos privados, propios o ajenos.

“Clicar primero para ver las consecuencias después lleva a cometer errores; y el uso intenso y compulsivo de las TIC [Tecnologías de la Información y la Comunicación] por parte de los más jóvenes no hace sino aumentar las probabilidades de que tengan que enfrentarse a riesgos en la Red y, por ende, en la vida”, explicaba Urko Fernández, director de Proyectos de PantallasAmigas. Por eso han aprovechado las características de Twitter para concienciarles, exponiéndoles a un entorno simulado y haciéndoles reflexionar, evitando que tengan que aprender a base de conflictos reales dentro de la red social.

“Estamos preocupados porque se está perdiendo la cultura de la privacidad. La privacidad es un derecho, pero también es un factor de protección. El hecho de no cuidar nuestra privacidad ni la de nuestros amigos, familiares o conocidos nos expone a todos como sociedad a unos riesgos que en algunos casos quizás aún no sepamos manejar”, aseguraba.

Reflexionar La herramienta está planteada para ser empleada tanto en entornos educativos como en ambientes más informales a través de una serie de historias animadas que ayudan a los más jóvenes a entender el mensaje. También incorpora un videojuego (diseñado para Kinect) que permite eliminar barreras generacionales y que cualquier persona pueda jugar, aprender y enseñar. La versatilidad del videojuego ha permitido también a los responsables de PantallasAmigas incorporar elementos que les ayuden a reflexionar acerca del contenido de algunos mensajes y comportamientos sexistas que consumen, producen y reproducen a través de esos mensajes con menos de 140 letras.

“Con el uso de Kinect provocamos que los adolescentes se sientan observados al tuitear, que sean conscientes de lo público de sus acciones y el alcance de sus tuits”, describía Fernández en declaraciones a DNA. Y es que, las redes sociales y las nuevas tecnologías han aupado a los más jóvenes a una dimensión para la que no han sido educados y que no pueden manejar como sería deseable. A esto se suma el desconocimiento que en muchos casos tienen los adultos sobre las redes y, en especial sobre Twitter. Por eso mismo desde PantallasAmigas animaban a padres y madres a “hacer un esfuerzo” por comprender ese mundo y ser capaces de acompañar y educar a sus hijos “en ese otro parque en el que juegan, se entretienen, se informan y conviven”.

La experiencia de los adultos, insisten los profesionales, es vital para comprender la intencionalidad y consecuencias de algunos mensajes. Por eso mismo consideran fundamental ayudar a traducir y transmitir esos valores a los más pequeños ya que estos no pueden aprender acerca de la vida a través de Twitter por sí mismos, sin ningún acompañamiento. “Si no se nos ocurre dejarles que conozcan el barrio o la ciudad por su cuenta, tampoco se nos debería ocurrir dejarles descubrir la Red por sí mismos durante toda su infancia y adolescencia”, sintetizaba Fernández.

Sorprende, incidía Fernández, la sensación que tienen los internautas de que insultar a través de las redes sociales es menos delictivo o dañino “cuando es justo todo lo contrario” ya que seguramente esa vulneración de la ley haya sido ejecutada con agravantes como haberlo hecho de forma pública, haberlo dejado por escrito y, probablemente desde una cuenta anónima. “Esto está llevando a que los adolescentes estén teniendo problemas de convivencia que pueden llevar a una situación de ciberbullying, y que de forma accidental o malintencionadamente estén cometiendo delitos”, describía Urko Fernández.