Bilbao - La Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU ha obtenido el premio especial del jurado de los Premios Prismas Casa de las Ciencias, el galardón más prestigioso que se concede en el Estado sobre divulgación científica. Zorionak.
-Eskerrik asko. Estoy encantando porque es el premio más importante que se da y porque ha obtenido la unanimidad del jurado.
¿Qué han destacado de la labor que desarrolla la cátedra?
-El fallo destaca la labor continuada en favor de la divulgación y la promoción de la cultura científica. No sé si alude a la diversidad de formatos que usamos para ello, que es una de las características más genuinas del trabajo que desarrollamos.
¿Cómo usan la red?
-La cátedra publica todos los días al menos tres artículos de divulgación. Esto es impresionante si lo pensamos; hay días que son 5 o 6 artículos. En Mapping Ignorance, que se edita en inglés, publicamos cuatro artículos a la semana; Mujeres con Ciencia están en 5 artículos a la semana... Son muchos artículos por día, editados por redactores especializados en ciencia y profesores de la UPV/EHU que complementan su actividad docente e investigadora con esta labor de divulgación. Además proyectamos en directo los seminarios que organizamos en distintos lugares y colgamos los vídeos en los blogs. También encargamos pequeños vídeos de divulgación... Y en todo ello es importante la colaboración de eitb.com.
¿Y qué feed back tienen?
-Tenemos muchos seguidores en Latinoamérica. Internet permite que nuestra actividad llegue a miles de personas poco a poco, como en un goteo. Sabemos que los textos que publicamos tienen una respuesta excelente, al punto de que nos consta que hay muchos centros de enseñanza que los usan como lectura obligatoria. A mí no hay cosa que más ilusión me haga que un mensaje que me llegó hace un año por Navidad, en el que una profesora nos agradecía el trabajo que hacemos por publicar estos materiales ya que suponían una fuente inagotable de recursos para sus alumnos. Pero bueno, nuestro público más fiel son las personas interesadas en ciencia.
¿Cuáles son los proyectos que tienen ahora entre manos?
-Me gusta aprovechar las oportunidades que surgen. Por ejemplo, vamos a colaborar con un programa de ciencia que se va a estrenar a principios de diciembre en La 2, donde vamos a participar con dos vídeos muy pequeños, uno es una animación y el segundo otra cosa que aún no puedo decir. Además, el 11 de diciembre estamos organizando en la Facultad de Ciencia y Tecnología un seminario para enseñar a la gente a hacer monólogos científicos con la Fundación Española de Ciencia y Tecnología? A mí esta actividad me hace mucha gracia.
Con humor se puede vender cualquier cosa, hasta la ciencia.
-El humor es una buena llave para acercar la ciencia, aunque se corre el riesgo de trivializar. Me decía el director de este programa de La 2 que hay dos maneras de atraer la atención de la gente: el humor y el porno. Y claro, yo no me veo, no veo a la cátedra promoviendo la ciencia con pornografía.
‘Philae’, el módulo de la Agencia Espacial Europea, ha desplazado de las portadas los casos de corrupción, la descomposición del Estado o la crisis. ¿Es flor de un día?
-No es flor de un día en el sentido de que siempre que se ha producido un hito científico importante ha ocupado las portadas, como cuando se confirmó la existencia del Bosón de Higgs o cuando llegó el Curiosity a Marte. A nosotros nos gustaría que estos temas aparezcan en portada, no solo con cosas tan espectaculares como lo del cometa. Lo del cometa es verdaderamente asombroso. Llevar un aparato del tamaño de una lavadora y pesa 100 kilos a millones de kilómetros de la Tierra y hacer que aterrice sobre un cometa con una precisión de metros es algo que me cuesta creer.
Y la gente se pregunta... ¿A qué tanto revuelo, esto para qué sirve?
-Es una pregunta legítima, porque esto sale caro. Lo que pasa es que la mayor parte de los grandes avances que han mejorado nuestra calidad de vida se deben a descubrimientos que cuando se hicieron nadie se planteó esto para qué sirve. Estoy seguro de que cuando Faraday estaba enredando ahí con un circuito no pensaba que iba a proporcionar energía eléctrica a millones de personas y que iban a pagar por ello. Luego, Maxwell sí se dio cuenta de que aquello tenía posibilidades. Newton no enuncia las leyes de la gravitación y del movimiento pensando en poner una nave espacial en un cometa a millones de kilómetros de la Tierra, lo hace simplemente porque tiene esa pulsión, esa curiosidad, esas ganas de crear algo nuevo. ¿Qué sentido tiene la misión Rosetta? Tener un nivel de conocimiento acerca del sistema solar, del espacio, de los viajes interplanetarios que no somos capaces de anticipar su uso futuro.
Únicamente un 8% de los vascos incluye la ciencia entre su temas de interés. ¿Por qué es importante la proyección social de la ciencia?
-En realidad el grado de interés de la población por la ciencia es del 15%. Es importante porque es un atributo humano. Nadie se pregunta por qué es importante difundir la literatura, el arte. Dos, porque nos ayuda a tener un conocimiento de la realidad más preciso, lo cual nos ayuda a tomar mejores decisiones. Por ejemplo, los supermercados te engañan sistemáticamente con los complementos alimenticios de los yogures, suelen ser turcos de mercadotecnia; y la gente sabría que las antenas de los móviles no generan ningún problema. Y tres, es importante que la gente entienda el mundo en el que vive con carácter general, que entienda que la luz solar tarda 8 minutos en llegar a la Tierra porque saberlo ayuda a tener conciencia de cuál es nuestro lugar.
En la última década Euskadi ha duplicado su producción científica y se han creado 4.000 puestos para investigadores. Esas son las cifras macro y, en parte, se han logrado en un periodo de bonanza. ¿Hay riesgo de no seguir avanzando?
-Sí, hay un riesgo serio. Yo percibo señales peligrosas que no había sentido desde hacía mucho tiempo. Aquí, la universidad ha dado pasos muy significativos adelante en materia de investigación y, en estos momentos, la universidad está en un momento muy difícil. Y hay que decirlo así. Puede ser comprensible desde la perspectiva de quien tiene que administrar los recursos públicos, pero desde la perspectiva del que valora la importancia de la investigación la situación es preocupante. Y hay otra entidad que, dependiendo de cómo vayan las cosas, tiene un devenir incierto.
¿Habla de Ikerbasque?
-Sí. Por su naturaleza es una institución que necesita cierto crecimiento sostenido durante unos años. Es verdad que después las nuevas incorporaciones de investigadores con talento se compensarán con las salidas del sistema, pero si queremos mantener el tejido investigador de Euskadi hay que mantener un esfuerzo creciente.
¿La investigación vasca está en el lugar que le corresponde por PIB?
-No, no estamos todavía en el lugar que nos corresponde. Euskadi representa un 6% del PIB del Estado y la producción científica es el 5%. No estamos donde deberíamos porque históricamente en Euskadi las universidades y los centros de investigación públicos han tenido menos importancia que en el Estado y en el resto de Europa. Desde ese punto de vista, los sectores tecnológicos, la investigación aplicada en empresas siempre han tenido mucho más apoyo público, lo cual me parece bien. Pero lo digo porque es un dato. Esto no se resuelve, como ha dicho, con diez años de bonanza. Esta es la cuestión.
¿Cuál es entonces?
-Hace falta tiempo porque aquí hay una cantera de investigadores que deben poder desarrollar su carrera científica y crecer, hay que atraer talento de fuera, etc.
Al parecer, el problema se va a subsanar en el nuevo Plan de Ciencia y Tecnología del Gobierno Vasco.
-A mí me han hablado bastante mal del Plan de Ciencia, no lo he leído, pero lo puedo decir porque quienes me han trasladado esta opinión son personas de mi absoluta confianza. Esta gente dice que en el nuevo PCTI tienen un peso muy grande de elementos burocráticos. Gente de cuyo criterio me fío más que del mío propio y que conoce el texto ha quedado muy desilusionada con lo que ha visto y dice que esto nos puede llevar a la ruina.
¿A la ruina?
A la ruina quizá es mucho decir, pero el PCTI nos va a parar.