MALAGA. El líder del grupo, un ciudadano bielorruso, ya estuvo inmerso en 2009 en una operación policial desarrollada en Manilva (Málaga), en la que se recuperaron alrededor de una treintena de vehículos, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado.

El procedimiento en esta trama consistía en robar los vehículos en Alemania y ocultarlos en Málaga, en naves de polígonos industriales, preparados para ser transportados y distribuidos a distintos países del entorno europeo. Por estos hechos el líder del grupo se encontraba en requisitoria por un juzgado de Estepona (Málaga), por lo que estuvo inactivo durante un tiempo.

Pasado ese tiempo, ideó nuevamente poner en marcha la trama del tráfico internacional de vehículos robados, pero en esta ocasión modificó el 'modus operandi'.

En este caso los vehículos eran robados en la provincia de Málaga y ocultados en aparcamientos repartidos por diversas urbanizaciones situadas entre Marbella y Estepona, unos 'parkings' de los que previamente los miembros del grupo se habían asegurado una copia de sus mandos de acceso.

El principal investigado y líder del grupo residía en el límite entre las localidades malagueñas de Marbella y Estepona, lugar donde centraba su actividad delictiva, allí se perpetraban los robos y se ocultaban los vehículos hasta su salida hacia Europa.

El grupo disponía de la logística suficiente para falsificar la documentación de los vehículos, sus placas de matrículas e, incluso, las pegatinas de los números de bastidor, éstas últimas normalmente colocadas en sitios visibles del coche, con la intención de pasar una primera inspección policial sin sospechas.

Igualmente, alteraban las chapas y troquelados de los números de bastidor; en este caso, colocados en sitios estratégicos del motor y del chasis, aspectos todos ellos con los que, en definitiva, los delincuentes pretendían dar un efecto de legalidad al género robado.

Una vez 'maquillados' y 'enfriados los vehículos robados', distintos miembros del grupo se desplazaban por carretera hasta el punto fronterizo previamente escogido, al objeto de introducirlos en los países que demandaban ciertas marcas y modelos, en este caso Rusia y Bielorrusia. Una vez que llegaban a dichos países, se perdía la pista y resultaba prácticamente imposible su recuperación.

SORPRENDIDOS EN LA FRONTERA

En el caso de la operación 'Micarro', el circuito recorrido por los vehículos robados se rompió en el último momento, ya que dos componentes del grupo fueron sorprendidos en un puesto fronterizo por la Policía noruega, justo cuando intentaban introducir en Rusia dos todoterrenos de la marca Toyota, todo ello a pesar de portar documentación falsificada.

Rápidamente se activaron los canales de intercambio de información establecidos entre los cuerpos policiales de ambos países, pudiendo confirmarse con precisión que los dos coches habían sido sustraídos en distintos puntos de la provincia de Málaga, circunstancia que a su vez se comunicó tanto a sus legítimos propietarios como a la autoridad judicial.

Por el juzgado competente de Estepona, se autorizó la realización de un registro domiciliario, fruto del cual se intervinieron multitud de herramientas utilizadas para cometer los delitos --juegos de ganzúas, espadas, etcétera--, llaves de vehículos robados, mandos de garajes, así como complicados aparatos utilizados para efectuar copias de las frecuencias de apertura de vehículos y puertas de garajes.

También se han recuperado dos turismos Mercedes E-280, un Mercedes SLK, un Toyota Rav4, tres Toyotas Land Cruiser, un todoterreno Lexus, un Hyundai Atos y una autocaravana, vehículos todos ellos robados en distintos países del entorno europeo, entre ellos España.

Todos ellos portaban documentación, placas de matrícula falsificadas y números de bastidor alterados, lo que ha supuesto el esclarecimiento de un gran número de delitos cometidos.