madrid - “Tere, casi me voy pero no me tenía que morir, soy todavía muy joven”. Este es el desgarrador testimonio de Teresa Romero, la enfermera infectada por ébola en una conversación con la portavoz de la familia, Teresa Mesa. Y es que ayer por fin se produjo la noticia más esperada desde que hace dos semanas se convirtiera en la primera paciente infectada por ébola fuera de África y se desatara una crisis sanitaria sin precedentes. La auxiliar de enfermería dio negativo en la última prueba PCR. “Cero carga viral”, dijo a última hora de la tarde a los periodistas la portavoz de la familia, Teresa Mesa, tras recibir esta información de los médicos que atienden a la paciente en el hospital Carlos III de Madrid. Sin embargo, aclaró que esto no significa que esté descartado totalmente el ébola, precisó, ya que requiere de una segunda prueba de confirmación, dentro de 24 o 48 horas, afirmó la portavoz.

Fuentes sanitarias afirmaban poco después que esta primera prueba confirma la recuperación de Teresa Romero, ingresada el pasado 6 de octubre. “Los resultados se tienen que confirmar en una segunda prueba que se realizará dentro de 48 horas”, añadían a renglón seguido.

Mesa también comentó que Romero sabe ya que ha dado negativo, se encuentra muy bien, eufórica y con muchas ganas de que le den el alta. “Está espectacular, ya se levanta, come prácticamente de todo y está muy, muy bien”, añadió al tiempo que dijo que tiene muchas ganas de salir y de “enfrentarse al mundo”. La portavoz explicó que el médico le dio ayer la buena noticia a Teresa e insistió en que ella está muy animada aunque es consciente de que ha estado muy grave.

Mesa relató los momentos más emotivos de su conversación telefónica con Romero. “Tere casi me voy, me ha llegado a decir” desveló Mesa. También aseguró que le transmitió que no se tenía que morir porque era muy joven. Añadió que junto a Javier Limón, el marido de la auxiliar, intentará “preparar” a Romero y expuso que ella tiene “muchas ganas de dar explicaciones”.

Avanzó que la semana que viene la podrán cambiar de planta hospitalaria y reveló que ya no lleva ninguna máscara de oxígeno. De hecho, Romero puede levantarse y pasea por la habitación aunque todavía se cansa bastante. Mesa le ha transmitido a la enferma que “es una heroína y que toda España está con ella”.

Y es que el Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III -laboratorio de referencia del ébola en España- trabajó ayer, aún más si cabe, a un ritmo frenético para analizar de nuevo las muestras de la auxiliar de enfermería infectada y de otras tres personas sospechosas, que también han dado ya negativo en un primer análisis.

a los tribunales Pero la felicidad no enturbió la realidad. Javier Limón, marido de la auxiliar dijo estar “muy contento” porque su mujer haya dado negativo, aunque anunció que va a demostrar ante los tribunales “la gran chapuza que ha sido la gestión” de esta enfermedad en España. “Hoy estoy muy contento porque se puede decir que Tere ya ha superado la enfermedad”.

En un vídeo que ha hecho llegar a los medios de comunicación la portavoz de la familia, Teresa Mesa, el marido de la auxiliar de enfermería comenta que ha preferido “vivir estos días en soledad” y centrar todas sus “fuerzas y energías” para que su pareja se recuperara, aunque señala que llevará este caso a la justicia. “Me voy a dejar hasta la última gota de mi sangre para defender su honorabilidad y su dignidad y voy a demostrar ante los tribunales la gran chapuza que ha sido la gestión del Ébola en España”, afirmó .

bien la enfermera de EEUU Mientras en Madrid se conocía la analítica, desde Estados Unidos llegaban también buenas noticias. La primera enfermera contagiada en Estados Unidos, Nina Pham, evoluciona favorablemente y se mantiene en condición estable, informó Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas. “Está bien, está muy estable, cómoda”, indicó.

Fauci evitó asegurar la recuperación, pero apuntó que es optimista acerca de Pham. Insistió, además, en que el riesgo de que se propague el ébola en EEUU es mínimo. “No hay absolutos. Nada está totalmente sin riesgo”, agregó. Pham es una de las tres personas actualmente hospitalizadas con ébola en el país, todas ellas en situación estable.

En otro orden de cosas, el virólogo alemán Hans-Dieter Klenk, investigador del ébola, calificó de “extremadamente baja” la posibilidad de que en Europa se produzca una epidemia como la que sacude África, al tiempo que tachó de “evitables” los contagios entre personal sanitario si se adoptan “medidas precisas”. Klenk, director del Instituto de Virología de la Universidad de Marburg, calificó como “excepciones” los contagios de personal sanitario como los producidos en España o Estados Unidos y dijo que no deben conducir al pánico ni a pensar en una epidemia en el mundo occidental.

La lucha contra la propagación del virus se ha convertido en un “desafío para políticos y científicos”, afirmó por su parte el enviado especial del Gobierno alemán a la zona afectada por la epidemia, Walter Lindner. “La región incluye estados muy frágiles, que de por sí estaban al borde del colapso”.

Mientras tanto, todos los países redoblan esfuerzos para contener el avance del virus. Ayer se supo que Bélgica hará a partir de hoy controles sanitarios a los pasajeros que lleguen desde alguno de los países africanos afectados por el virus del ébola, en línea con los que ya efectúan otros socios europeos, según anunció el nuevo primer ministro belga, Charles Michel. “A partir de hoy, los viajeros procedentes de los países afectados por el ébola serán controlados”, indicó el nuevo jefe de Gobierno belga. Michel recordó que otros países europeos ya llevan a cabo controles sanitarios en los aeropuertos, como Francia y el Reino Unido.

El jueves pasado los ministros de Sanidad de la Unión Europea no lograron acordar la aplicación a nivel comunitario de controles de temperatura en los aeropuertos a los pasajeros procedentes de países con ébola. El dispositivo sanitario que funcionará desde hoy en Bélgica contempla que toda aquella persona con una temperatura superior a 38 grados será apartada por una enfermera y tendrá que responder a un cuestionario y entrevistarse con un médico del servicio sanitario del aeropuerto, que debe evaluar el riesgo de contaminación.