ciudad del vaticano - El Sínodo de obispos aprobó el sábado un extenso documento que lanza una reflexión sobre problemas de la familia actual, como los divorciados vueltos a casar, y respalda una Iglesia que acoja a todos, incluidos los homosexuales.
La Relatio Synodi, su documento final y toda una novedad respecto a otras asambleas, fue sometido a votación el sábado punto por punto por los padres sinodales, obispos y cardenales con derecho a voto, y fue divulgada a petición expresa del papa Francisco.
El pontífice quiso dejar claro que en esta asamblea no se ha puesto en entredicho la “verdad fundamental” del “sacramento del matrimonio: la indisolubilidad”. Y recordó que su papel como líder de la Iglesia Católica es el de “garantizar la unidad”.
Debates Bergoglio admitió que en los debates se pudieron apreciar “tensiones y tentaciones”, entre las cuales mencionó la tentación de la “rigidez hostil”, que resumió en la actitud de “querer encerrarse en lo que está escrito (la letra)”.
Y advirtió contra la “tentación” que plantean los que calificó como “tradicionalistas” o “miedosos”, pero también aquellos que definió como “progresistas y liberales”.
El papa, y esto es una novedad, quiso que se publicasen también cuántos votos tuvo cada punto, para que quedasen plasmados qué temas eran los menos compartidos y sobre los que habrá que trabajar durante el próximo Sínodo, previsto dentro de un año.
Y es que la Relatio Synodi no incluye conclusiones, sino temas y proposiciones que tendrán que ser ahora “madurados y analizados” por las Iglesias locales”.
El gran denominador común, como ya reflejó el mensaje de clausura aprobado por los obispos es que la Iglesia debe ser “una casa con la puerta siempre abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie”.
Prueba de ello fue que uno de los puntos que obtuvo 155 votos a favor y sólo 19 en contra fue el que pedía “acompañamiento de gran respeto y evitar un lenguaje y actitud que haga sentir discriminados” también a los divorciados que han vuelto a casarse.
Aunque el papa Francisco en su discurso de clausura del Sínodo se mostró muy satisfecho por el debate y las “animadas discusiones” y aseguró que se habría quedado “muy preocupado y triste” si todos hubieran estado de acuerdo o hubiese reinado una falsa y tranquila paz.
Como se observa de los resultados de las votaciones, no todos los 62 puntos obtuvieron la mayoría de los dos tercios que se requerían en el pasado para este tipo de documentos, pero no obstante consiguieron una mayoría y por tanto forman parte del documento.
Uno de los puntos aprobados, aunque con 62 votos contrarios, fue el que hablaba de los homosexuales. Pero la mayoría aprobó que “los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza” y que se “evitará cualquier marca de discriminación”. - Efe