BILBAO. Según ha informado hoy la Policía vasca, durante la investigación, iniciada hace ocho meses, se ha detenido a un total de siete personas e imputado a otras once por cientos de casos de estafa y falsedad documental.
La trama captaba en comedores sociales, albergues o inmuebles de ocupas a personas en situación económica precaria y les ofrecía dinero por aportar sus datos personales para confeccionar las nóminas falsas.
Con estas nóminas falsas financiaban la compra de todo tipo de productos, como vehículos, aparatos de alta tecnología como ordenadores portátiles o teléfonos móviles, electrodomésticos o televisores, efectos todos ellos que tienen una fácil receptación o venta en el mercado de segunda mano.
El grupo llevaba actuando desde 2005 y había realizado compras fraudulentas por valor de cientos de miles de euros en comercios de Euskadi y comunidades limítrofes (Burgos, La Rioja, Cantabria y Navarra).
Las pesquisas se iniciaron hace ocho meses cuando el grupo de estafas de la Ertzaintza tuvo conocimiento de una inspección administrativa realizada por agentes de la comisaría de Bilbao en un establecimiento comercial.
En la inspección se ocuparon varios teléfonos móviles de alta gama y varios dispositivos electrónicos, cuyo valor ascendía a miles de euros, por su procedencia ilícita, por lo que se detuvo al varón que regentaba el establecimiento por un presunto delito de apropiación indebida y receptación.
Los agentes constataron un denominador común en la compra fraudulenta de los dispositivos electrónicos, ya que se había realizado por dos personas que habían financiado las compras presentando nóminas falsas de dos empresas que habían quebrado. Los agentes detuvieron a las dos implicados por un delito de estafa.
La investigación de ese modus operandi ha permitido el esclarecimiento de esta trama delictiva.
Así, un varón que había trabajado en una asesoría era el responsable de la falsificación de las nóminas, contratos de trabajo, los cuales aportaba a los jefes de la trama a cambio de una cantidad económica.
Otros miembros de la organización captaban en comedores sociales, albergues o inmuebles de ocupas a personas en precaria situación económica o que practicaban la mendicidad para desplazarse con ellos para realizar las compras fraudulentas; les pedían sus datos personales, les facilitaban la documentación falsa para aparentar solvencia y luego les retiraban los productos comprados, a cambio de un dinero.
Finalmente, la trama contactaba con un receptor de todo el material comprado de forma ilegal por este procedimiento.
De esta forma, la banda realizó compras fraudulentas de todo tipo de productos, incluso un inmueble en Barakaldo por un valor de 90.000 euros. El valor de la estafa asciende, por el momento, a cientos de miles de euros.
La Ertzaintza ha explicado que otras policías del Estado habían practicado detenciones individualizadas de algunos de los miembros de esta red, pero no les había permitido desenmascarar la trama delictiva. La investigación reveló que algunos miembros de la banda guardan entre si un vínculo personal, ya sea familiar, de pareja o de amistad entre ellos.
Dados los abundantes casos de estafa y falsedad documental todavía por determinar, la investigación continúa abierta.