gasteiz - En marzo de 2010 la Comisión Europea echó pie a tierra. Decidió apuntalar los cimientos comunes para resistir a la voraz crisis económica y planteó una seria y profunda reflexión sobre el modelo de crecimiento para el viejo continente. Los indicadores de esa Estrategia Europea 2020, agrupados en tres grandes prioridades relacionadas entre sí -inteligencia, sostenibilidad y cohesión-, fueron asumidos en Euskadi con sensatez y prudencia.
Cuatro años después, varios de los puntos de esa particular hoja de ruta para construir un futuro más innovador, más eficiente y más integrador se han cumplido; en otros se ha mejorado; y en otros más, lamentablemente, todavía no ha sido posible reponerse de la gravísima herida social facturada por la crisis.
Así queda patente en el informe presentado ayer por el Eustat-Instituto Vasco de Estadística, en el que se destaca una evolución positiva en algunos de esos capítulos. Básicamente, en los considerados imprescindibles para poder hablar del desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación, así como de una gestión política, social y económica que haga un uso más eficaz de los recursos, más verde y competitiva. El único punto negro hace mención al fomento de un sistema productivo con alto nivel de empleo que, además, genere cohesión social y territorial.
Educación, I+D, clima y energía "Al comparar con 2009 se observan evoluciones positivas para los relativos a la I+D, el clima y la energía y la educación, mientras que los relacionados con la ocupación y la pobreza registran retrocesos, al igual que ocurre tanto en la Unión Europea como en España como consecuencia de la crisis económica, si bien menos acusados que en esta última", concluyen. El mejor calificado, y el apto según criterios de la Estrategia Europea 2020, es el de Educación.
Euskadi ha logrado situar su tasa de abandono escolar prematuro en porcentajes inferiores al 10%, tope fijado en esa agenda común. En otro apartado relacionado también con el sistema educativo, el de titulaciones superiores, Euskadi vuelve a estar en una situación inmejorable gracias a que el 44% de los jóvenes de entre 30 y 34 años se encuadran en esa categoría, cuatro puntos por encima del límite determinado en esa Estrategia Europea 2020.
Más al detalle, el informe pone de manifiesto que en el capítulo del gasto interior bruto en I+D en términos de PIB, Euskadi alcanzaba en 2012 cifras superiores (2,12%) a las de la UE-28 (2,07%), que en ambos casos quedan todavía lejos del objetivo del 3% fijado, y muy por encima de las de España (1,30). La otra evolución en positivo está protagonizada por el consumo de energía primaria, que disminuye progresivamente desde 2008, así como el consumo final de energía, que lo hace desde 2010.
Pese a todo, el objetivo de reducir un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorrar un 20% el consumo de energía y promover las renovables hasta en un 20% sigue sin arrancar, situándose por debajo de la media europea, y abre la puerta a ese cambio en el patrón energético requerido por la Comisión Europea. En este lado menos positivo, también se halla la tasa de ocupación de la población en Euskadi.
Aunque en 2013 (66,2%) se observa un ligero repunte, todavía se aleja 8,8 puntos del objetivo estratégico del 75% debido a la crisis económica, deducen desde el Eustat. La pobreza es otro de esos indicadores sometidos a la fatal presión de la crisis. A pesar de presentar mejores datos que la UE-28 y que España, la población en riesgo de exclusión ha crecido en Euskadi en estos años.