NUEVA YORK. Estos bebés fallecidos, que tienden a morir en los lugares más pobres y desfavorecidos, representan el 44 por ciento de la mortalidad infantil de niños menores de cinco años, lo que supone una proporción de muertes mayor que la que existía en 1990, destacó en un comunicado Unicef.

Según un estudio de The Lancet supervisado por Unicef, si las personas más pobres de los 51 países con mayor mortalidad de recién nacidos recibieran los mismos cuidados que las personas más ricas se podrían llegar a salvar 600.000 vidas, lo que supondría una reducción de la mortalidad del 20 por ciento a nivel mundial.

"Ha habido un gran progreso en la reducción de muertes de menores de cinco años, pero el número de los recién nacidos, los más vulnerables, sigue siendo un problema", destacó el jefe de Salud de Unicef, Mickey Chopra.

Unicef alertó de que 2,9 millones de niños fallecen cada año durante sus primeros 28 días de vida y otros 2,6 millones nacen ya muertos (de los que 1,2 millones durante el parto).

Las primeras 24 horas tras el nacimiento son las más peligrosas para el bebé y la madre, ya que casi la mitad de las muertes de recién nacidos y madres ocurren en ese período, añadió la agencia de la ONU.

Los países que más han progresado en la reducción de muertes han fomentado medidas efectivas como la lactancia materna, la reanimación de recién nacidos, la prolongación del contacto con la madre de bebés prematuros o el tratamiento y prevención de infecciones, hizo hincapié Unicef.

Ruanda ha sido el único país de África subsahariana que redujo a la mitad el número de muertos de recién nacidos desde el año 2000, mientras que otros países de bajos ingresos han formado a comadronas y enfermeras para que las familias más pobres también puedan ser atendidas.

Las zonas que cuentan con un mayor índice de mortalidad infantil se encuentran en la región de Asia meridional y África subsahariana, y los países más castigados son la India, con 779.000 muertes, Nigeria (267.000) y Pakistán (202.400).

Según Unicef, en las países con mayores tasas de mortalidad infantil cada dólar invertido en la salud del bebé o en la madre supone un beneficio social y económico nueve veces mayor que la inversión inicial.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con Unicef pondrán en marcha el próximo mes de junio un Plan de Acción del recién nacido para reducir las muertes maternas e infantiles hasta 2035.