La operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima informó de que 1,8 toneladas de agua radiactiva se han filtrado a través de brechas en las barreras que rodean los tanques que almacenan líquido contaminado. Las barreras se construyeron para evitar que el agua que pierdan los tanques fluya al exterior. En verano se constató que una fuga de 300 toneladas había tenido lugar a través de uno de los tanques más económicos, cuyas juntas están unidas con resina.