Bruselas. Si nos atenemos al plan desvelado ayer por el ministro de Transportes francés, Frédéric Cuvillier, la línea ferroviaria de alta velocidad que conectará el trazado galo a la Y vasca, uno de los corredores prioritarios de la nueva red central de transportes diseñada por la Unión Europea, estará operativa "como muy tarde en 2032". Esto significa dos años más tarde de la fecha fijada por Bruselas, que aspira a ver concluidos los trabajos en el año 2030. Cuvillier anunció ayer que habrá dos fases de trabajo y que invertirán del orden de 13.000 millones de euros.
La primera de ellas incluye el desarrollo de dos nuevas líneas ferroviarias: la que unirá Burdeos y Toulouse y una segunda entre Burdeos y Dax. En el caso de la primera, el objetivo es que esté en funcionamiento en 2024, con una inversión de 5.900 millones de euros y un tiempo estimado de viaje entre la capital del departamento de Midi-Pyrénées y París de 3 horas y 10 minutos. Esto significará ganar una hora que se suma a los 50 minutos que los viajeros se ahorrarán desde 2017, fecha en la que está previsto que entre en servicio la línea Tours-Burdeos.
El segundo foco será la conexión Burdeos-Dax con vistas a que esté operativa en 2027 y con un tiempo de viaje entre Baiona y París de 3 horas y 25 minutos, un ahorro de 20 minutos. El coste de este tramo será de 3.200 millones de euros. Ambas líneas, no obstante, serán objeto de una investigación previa a la declaración de utilidad pública durante el primer semestre de 2014. Al mismo tiempo también se someterá a investigación específica la adaptación de la línea existente en las aglomeraciones de Toulouse y Burdeos.
Un tramo importante El Gobierno galo ha decidido, en cambio, dejar para el final la conexión transfronteriza que debe unir Baiona y Dax con Hendaia y la Comunidad Autónoma Vasca, con un horizonte todavía mucho más lejano y un coste estimado en 4.100 millones. El ministerio que dirige Cuvillier reconoce, vista la saturación existente en la actualidad, la importancia de este tramo "en el marco del desarrollo de una red transeuropea de transportes" y de los "intercambios con la península ibérica" pero el calendario no prevé su entrada en funcionamiento hasta 2032. Según París, hay todavía claroscuros importantes y deberán realizarse estudios adicionales, especialmente en las zonas más problemáticas desde el punto de vista medioambiental y que tanta oposición han suscitado en Iparralde.
En todo caso, ayer fueron varios los dirigentes regionales que felicitaron al Gobierno por el plan. Desde los presidentes de Aquitania y Midi-Pyrénées hasta el presidente del Consejo General de las Landas, Henri Emmanuellí, que aseguró en declaraciones al diario Sud Ouest que si bien el reto financiero es importante, "la línea de alta velocidad es absolutamente necesaria" y "estoy satisfecho de que el proceso continúe y de que la declaración de utilidad pública sea abierta en 2014. Sobre nuestra participación en la financiación, decidiremos en función de lo que sea necesario", explicó. En total, el montante previsto por el Gobierno para ejecutar los nuevos tramos del eje ferroviario del sudoeste ascenderá a 13.000 millones de euros dentro de un plan global que suma 30.000 millones.
Frente a las críticas y los llamamientos a acelerar los trabajos de la red ferroviaria de alta velocidad, lanzados muy especialmente desde el Gobierno vasco, Francia insistió ayer en que el nuevo plan demuestra su compromiso y supone una política responsable de infraestructuras. "Es una programación realista y sostenible desde el punto de vista financiero. El Gobierno tiene como referencia un escenario ambicioso y responsable que se basa en el compromiso de destinar 30.000 millones de euros a grandes obras de aquí a 2030 para acelerar los trabajos en nudos ferroviarios, realizar grandes proyectos o desarrollar las conexiones entre territorios", anunció Cuvillier.