BARCELONA. Las pesquisas indicaban que un joven de 25 años, vecino de Barcelona y nacionalidad hondureña, que frecuentaba los ambientes habituales de las bandas para captar compradores, podía dedicarse a vender armas desde su domicilio, y el 11 de octubre fue localizado y detenido.

Los agentes hallaron en el registro del piso ocho pistolas de diferentes calibres --9 milímetros, 6,35 y Colt calibre 45--, en perfecto estado de funcionamiento y algunas con la munición preparada para disparar.

La mayoría de las pistolas intervenidas se corresponden con piezas fabricadas en Europa, y, además de las armas, los agentes incautaron 25 cartuchos, dos navajas automáticas, cinco teléfonos móviles y 8.900 euros en efectivo; el joven ha ingresado en prisión tras pasar a disposición judicial.

Según las mismas fuentes, una vez las bandas disponen de las armas son usadas para actividades delictivas así como para ajustes de cuentas y su propia autodefensa o una fuente de financiación importante a través de la venta a otras organizaciones.