vitoria. El PNV no respaldará al equipo de gobierno del PP en la sociedad Ensanche 21 después de que los populares anunciaran el jueves, en la reunión del Consejo de Administración de la empresa, que rechazan disolverla, tal y como pactaron con el PNV. Los jeltzales quieren volcar la actividad urbanística de la ciudad en la rehabilitación de viviendas y dejar atrás esta sociedad creada para gestionar la expansión de la ciudad en los tiempos del boom inmobiliario. El PP comparte la idea, pero su apuesta ahora es que esas funciones de recuperación de edificios antiguos, en las que el sector inmobiliario y la construcción han depositado no pocas esperanzas de cara al futuro inmediato, las asuma Ensanche 21.
Según explicó ayer el portavoz de los nacionalistas, Gorka Urtaran, el consejo del jueves fue tenso. Los jeltzales pidieron en febrero tratar la solicitud de una auditoría externa sobre la redensificación planeada por la sociedad, cuyo patrimonio se tasó en 500 millones de euros antes del desplome del ladrillo, y hasta ayer no obtuvieron respuesta, negativa además.
Urtaran cree que el PP está "dando largas" a los jeltzales y está "ralentizando" deliberadamente el funcionamiento del consejo para ganar tiempo, dejar pasar el año y mantener viva una empresa que cuenta con el poder de una administración pública y la intimidad en su gestión de una firma privada, pero que a día de hoy acumula un patrimonio que se devalúa por momentos mientras su tesorería está cada vez más vacía.
Urtaran advierte. Si en un momento dado la empresa se queda sin dinero para, por ejemplo, sufragar realojos, y hay que ir a pedir un crédito sin un valor patrimonial actualizado como aval, Maroto tendrá que hacerlo solo. Hay que recordar que PP y PNV pactaron juntos la renuncia de Alfredo Piris como gerente y nombraron en su lugar a Iñaki Díez Unzueta, llamado a analizar activos y deuda de la sociedad y a pergeñar, ya con conocimiento de causa, un plan estratégico que culminaría con su disolución.
El PP tiene intención de presentar ese informe el 17 de octubre, pero en el PNV mantienen que sin la auditoría externa como complemento esa radiografía del enfermo será papel mojado.
El PP rechazó la auditoría externa junto con EH Bildu -los socialistas se marcharon antes de que se celebrará la votación- porque considera que la pueden llevar a cabo los técnicos municipales, lo que conllevaría el ahorro de hasta 150.000 euros. Sin embargo, Urtaran advertía ayer de que ese informe interno carecería de validez legal y acusó a soberanistas y populares de haber pactado su postura. "El PP dice que quiere acordar con el PNV, pero en la práctica lo hace con otras formaciones", afirmó.
un mercado paralizado Por otro lado, junto a la evidente devaluación que ha sufrido todo el patrimonio inmueble de Ensanche 21 surge otro problema derivado también de la crisis económica. Hace seis años, vender suelo e inmuebles era la salida más fácil que todo ente, público o privado, tenía para obtener dinero líquido. Hoy día, al margen del valor real que tenga lo que en su día se tasó en 500 millones de euros, está la dificultad de darle salida en un mercado del ladrillo que sigue paralizado.