vitoria. Decenas de familias están a la espera de que el Ayuntamiento transfiera un millón de euros de Urbanismo a la sociedad municipal Ensanche 21 para beneficiarse de los fondos reservados por PP y PNV para la rehabilitación de viviendas en los denominados barrios de oro: Adurza, Abetxuko, Ariznabarra, Coronación y Zaramaga.
Los jeltzales de Gorka Urtaran ya presionaron hace unas semanas al concejal Miguel Garnica ante la urgencia del asunto. Ayer, Bildu denunció que del millón de euros no se ha gastado nada todavía. Y Urtaran emplaza otra vez al gabinete de Maroto a que disponga de ese dinero cuanto antes para que el proceso no se demore, y sobre todo porque ya hay solicitadas ayudas por valor de unos 600.000 euros. Cantidad que luego revierte a las arcas públicas en tasas por permisos de licencias..., recuerda el portavoz nacionalista.
La inversión en Zaramaga, Adurza, Ariznabarra, Coronación y Abetxuko forma parte del acuerdo alcanzado por los nacionalistas con Maroto, y contempla la inversión de 50,3 millones de euros en estos cinco barrios cincuentones, Salburua y Zabalgana, y la zona rural. Ahora que el sector de la construcción está en bancarrota y que Vitoria ya tiene vivienda nueva construida para las próximas décadas, la rehabilitación de casas se presenta como la mejor ecuación para sacar a los gremios de la crisis. Maroto ya anunció hace unos meses que hasta el cierre de la legislatura se intervendrá en seis mil hogares gasteiztarras.
válvula de oxígeno Los técnicos de Promoción Económica también han hecho cuentas y consideran que con los dos millones de euros en subvenciones para la rehabilitación de casas -incluido el millón del Casco Viejo, que se gestiona por otro lado-, además de remodelar seis mil pisos, se inyectarán diez millones en el tejido económico de la ciudad, ya que los propietarios que se beneficien de las ayudas también deberán poner dinero de sus bolsillos para pagar ventanas, adaptar puertas o aislar tejados. Además, a una media de tres o cuatro trabajadores por vivienda rehabilitada, el gobierno del PP confía en generar 160 empleos al año, 640 durante toda la legislatura.
En todo caso, la entrada de encofradores, albañiles, carpinteros, pintores y demás en viviendas viejas supone una válvula de oxígeno para los gremios. Lo más habitual es que este tipo de casas, ya sea en los cascos antiguos o en los barrios obreros de mitad del siglo pasado, estén habitados por personas mayores con algún grado de discapacidad física o necesidad de una mejor accesibilidad en sus hogares. Por eso, la mayor parte de las obras van destinadas a renovar portales, instalar ascensores, adaptar baños a las sillas de ruedas y cambiar puertas y ventanas, con lo que también se consigue una mayor eficiencia energética en los pisos y, por tanto, ahorro en las facturas de luz, gas y calefacción que tanto ahogan hoy en día a las familias.