Rabat. Las fuerzas del orden reprimieron ayer en Rabat una protesta en la que participaron cientos de personas para denunciar la liberación, tras un indulto real, de un pederasta español condenado a 30 años de cárcel por abusar de once niños en Marruecos. "Qué vergüenza, los hijos del pueblo están en peligro", gritaban los manifestantes, que tras ser dispersados a porrazos y patadas se volvían a reagrupar.
Daniel Galván Viña, de 65 años y condenado en 2011, forma parte de un grupo de 48 reos españoles indultados el pasado martes por el rey Mohamed VI, una medida que según el Gabinete Real marroquí fue tomada durante la reciente visita del rey Juan Carlos I a Marruecos. La protesta, que en un principio iba a ser una sentada, fue convocada en diferentes ciudades. A pesar de los intentos por parte de la Policía para impedir la protesta, los manifestantes mantuvieron durante más de dos horas un verdadero pulso con las fuerzas del orden frente al Parlamento de Rabat. Al menos una decena de personas fueron trasladadas en ambulancias al hospital, mientras que algunos de los manifestantes sacaban de la multitud a los heridos.
acuerdo "El pedófilo ha sido indultado a petición del servicio secreto español", tituló anteayer el diario digital marroquí Lakome, que, el miércoles, fue el primer medio del país en revelar que entre los excarcelados figuraba este reo, condenado por abusos sexuales a 11 niños de entre 3 y 15 años. "Se trató de un acuerdo entre la DGED, servicio secreto marroquí, y su equivalente español, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI)", señaló a este periódico una fuente marroquí. "Los españoles insistieron en que se le metiera en la lista y lo consiguieron", añadió. Es probable, además, que Galván Viña haya sido un espía. A su abogado marroquí, Mohamed Benjedou, le dijo que en su vida anterior había sido un "oficial del Ejército iraquí que colaboró" con los servicios extranjeros para derrocar al dictador Sadam Husein. "También me aseguró que era un profesor jubilado de Ciencias Oceánica en la Universidad de Murcia", añadió.
Galván, según la prensa marroquíe, no es el verdadero nombre del pederasta, que nació en Basora en 1950 de padre y madre iraquíes. En la documentación remitida por la Administración penitenciaria marroquí figura como "español de origen iraquí". Esos apellidos españoles pueden ser la identidad falsa que le fabricaron los servicios secretos cuando accedieron a sacarle de Irak, le proporcionaron documentación española y le convirtieron en catedrático murciano jubilado que no aparece, sin embargo, en ninguna web educativa española.
Abogados marroquíes de la organización Abogados Sin Fronteras presentaron ayer una querella criminal ante la Audiencia Nacional para que Galván vuelva a a prisión y el PSOE registrará mañana en el Congreso una pregunta oral sobre la "alarma creada en el país vecino y España" y saber si el Gobierno si ha "sugerido" que se incluya a esa persona entre los indultados.