pamplona. Aquel fue el último tren que gobernó en su vida Juan José García, que mantuvo en todo momento que la señalización falló, lo que impidió que frenase a tiempo. Fue condenado a 2 años y medio de cárcel como autor de 18 delitos de homicidio por imprudencia grave y otros 80 de lesiones, y Renfe lo retiró de la circulación y lo recluyó en una oficina hasta que se jubiló hace ocho años.
El maquinista burgalés, miembro de una familia de ferroviarios que hoy tiene 66 años, no llegó a entrar en la cárcel porque fue indultado, mientras que el auxiliar Miguel Ángel Marinetto Espejo fue condenado en primera instancia al pago de una multa de 120.000 pesetas de aquel entonces, que fue sustituida en apelación por una pena de prisión mínima, que tampoco supuso su encarcelamiento.
¿Está reviviendo lo que ocurrió aquel 31 de marzo de 1997 con el accidente de Santiago de Compostela?
Son momentos duros, porque el accidente de Uharte-Arakil marcó mi vida, algo que no se puede olvidar y con lo que he tenido que aprender a vivir. Estuve fastidiado mucho tiempo, pero gracias a la ayuda de mi familia y al apoyo de mis compañeros maquinistas conseguí salir adelante.
En su caso, se le culpó del descarrilamiento por exceder la velocidad y fue condenado por cometer una imprudencia, pero usted siempre ha mantenido que falló la señalización.
Sí, y lo sigo manteniendo, porque la señal avanzada, la más alejada de la estación, estaba en vía libre. Eran unas pantallas de un metro de lado y solo estaba encendida la luz verde, no la amarilla, que es la que indicaba precaución. La señal de entrada a la estación estaba en anuncio de parada, con lo cual no me dio tiempo a frenar.
¿Qué hizo al ver que tenía que parar cuando el tren estaba circulando a 140 kilómetros por hora?
Me pegué un susto tremendo y eché el freno, pero no recuerdo si eché el freno directo, el de urgencia... Frené con todo lo que pude en esos momentos. Si las señales hubieran estado correctamente, habría entrado por las agujas a 30 kilómetros por hora y no a 140.
¿Quién fue el responsable entonces? Seguro que ha pensando mucho sobre ello durante estos últimos dieciséis años.
No sé qué falló. Lo único que sé es que en Uharte-Arakil no había ningún sistema de seguridad automático y en menos de seis meses pusieron el ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático) en toda la línea. Con ese sistema se habría evitado el accidente, porque habría habido una baliza a 300 metros de la señal de entrada en la estación que habría hecho que el tren frenase automáticamente si superaba la velocidad máxima.
¿No había ningún sistema de frenado automático en el tramo donde se produjo el accidente?
No, no había ningún sistema. Eran señales mecánicas todavía. El ASFA lo estaban empezando a poner en aquellos momentos. Lo había en Tafalla, por ejemplo. Desgraciadamente siempre se toman medidas después de los accidentes, no antes.
Usted
Como he comentado alguna vez, tras el accidente un inspector de Renfe vino a hacernos a mí y al auxiliar la prueba de alcoholemia, pero no se la hizo al jefe de Circulación, que es el que operaba la señales. Y como he dicho ya, siempre mantendré que las señales no funcionaron correctamente y por ello no pude frenar a tiempo.
También ha comentado en alguna ocasión que el accidente pudo obedecer a un sabotaje. ¿Sigue pensándolo?
Las señales se regían por un cable que en cualquier momento podía haber sido manipulado por otras personas. Esa es la verdad. ¿Si fue un sabotaje? Nunca lo sabremos.
¿Qué opina de todo lo que se está diciendo ahora sobre las causas del accidente de Santiago y la culpabilidad del maquinista? ¿Se identifica con él?
El maquinista ha reconocido que se despistó, que iba más rápido de lo establecido. No es mi mismo caso, porque yo vi claramente la señal y estaba solo verde.
También está habiendo críticas al trazado, a la presencia de una curva tan cerrada tan cerca de la estación de Santiago de Compostela.
Es algo que debería responder el Gobierno de España, el Ministerio de Fomento o Adif, por qué han puesto en esa línea una curva limitada a 80 kilómetros por hora cuando todos los nuevos trazados están evitando curvas de esas características, y más si no tienen instalado el sistema de seguridad ERTMS, que habría impedido una tragedia como la ocurrida.