Madrid. Varios centenares de personas secundaron ayer una nueva marea blanca en Madrid en defensa de una sanidad pública y universal. La marcha, convocada por la Mesa para la Defensa de la Sanidad Pública, comenzó a las 10.30 horas en la Plaza de Cibeles y terminó con los manifestantes alrededor de la Puerta de Alcalá tras pancartas con lemas como "La sanidad no se vende, se defiende" o "No a los recortes y las privatizaciones".
Los manifestantes, en su mayoría trabajadores del sistema sanitario público, estaban satisfechos por la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de paralizar de forma cautelar la privatización de la gestión de seis centros hospitalarios madrileños hasta que se resuelva el recurso del PSM.
Una de las que secundó esta marea blanca, fue la portavoz de Equo Madrid, Inés Sabanés, quien criticó la postura del consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, que "no sólo no reflexiona", sino que además "le añade un plus de arrogancia lamentable". Sabanés denunció que el plan de privatizaciones no estaba en el programa electoral del PP y que tiene "claros elementos de ilegalidad". "Tener el Gobierno no da derecho a atacar de forma brutal un sistema público de sanidad construido con la aportación y voluntad de todos los madrileños", recalcó la portavoz de Equo Madrid. Una opinión que compartían el resto de manifestantes.
"Nuestra gran esperanza es que la Justicia se ponga de nuestro lado porque esto es una chapuza para favorecer a determinados sectores económicos a costa de la salud de los ciudadanos", explicó Cristina de la Cámara, médico de familia en un centro de salud de Madrid.
Para esta doctora, "la sanidad privada tiene su lugar", pero "no puede haber beneficios para empresas privadas en la sanidad pública".
Esta es la última marea blanca que hay convocada hasta septiembre, pero después del verano tienen previsto continuar con las protestas. "Hay una cosa que se llama dignidad y lucharemos por una sanidad en la que creemos y que todavía es de calidad. Vamos a procurar que no se deteriore", dijo María Miranda, enfermera en el Hospital de la Princesa de la capital. En su opinión, los recortes ya se notan, porque la falta de medios impide que los sanitarios puedan dedicar tiempo a la relación emocional que también necesitan los pacientes, y que "ahora mismo es insuficiente" recalcó.