MADRID. El organizador de la fiesta del Madrid Arena, en la que fallecieron cinco jóvenes, una de ellas de 17 años, vendió entradas en colegios a través de menores, que ejercían como relaciones públicas, según una de las asistentes que aseguró que un compañero llegó a vender 180 entradas en su centro escolar.
Durante más de hora y media de declaración ante Eduardo López Palop, el juez que investiga el caso Madrid Arena, Belén S., menor de edad y que resultó herida en la avalancha humana, destapó que ella y su amiga Belén Langdon, quinta fallecida en la tragedia, compraron la entrada a un compañero de su colegio. No solo ellas pagaron 20 euros por asistir a la fiesta de Halloween, organizada por Miguel Ángel Flores, el dueño de la empresa Diviertt, ya que, según explicó Abdón Núñez, el abogado de la familia de Langdon al término de la declaración de la testigo, ésta aseguró que "se vendieron entradas en muchos colegios".
Controles "Tenemos muy claro que las entradas se vendieron a menores en los colegios por relaciones públicas también menores. La asistencia de menores de edad estaba absolutamente controlada por quien emitió las entradas", dejó claro María José Siñériz, abogada de la familia de Cristina Arce, otra de las fallecidas en la fiesta. Y por esta razón los abogados se explican porqué no hubo ningún control en los accesos, ya que de haber pedido el DNI a los asistentes no hubieran podido entrar muchos jóvenes, algunos de los cuales portaban bebidas alcohólicas en el interior de sus bolsos, como confesó Carmen R., la segunda joven que testificó ayer.
Para Núñez ayer quedó claro que Diviertt actuó de manera "absolutamente calculada, premeditada y estudiada", al contar con menores como relaciones públicas para vender en centros escolares algunas de las invitaciones para la fiesta. La acusación particular consideró esclarecedores los testimonios de las dos testigos, que pusieron de manifiesto la falta de auxilio que recibieron los asistentes.