vitoria. A Javier Maroto, alcalde de Vitoria, la idea de instalar un sistema de préstamo de bicicletas eléctricas que le lanzó el PNV el día del debate sobre el estado de la ciudad no le parece mal, y de hecho está dispuesto a estudiarlo "en profundidad". Eso sí, Maroto cree que debe ser una apuesta para "el medio plazo" que en ningún caso debe salir adelante antes de que se asiente el Plan de Movilidad y que, sobre todo, debe costar cero euros al Ayuntamiento. El alcalde dijo ayer haber entendido que la idea jeltzale incluía el pago de la misma por parte del Departamento de Transportes de forma íntegra. Si no es así, dijo, "la propuesta es distinta a la que ha planteado el PNV. La bicicleta eléctrica -añadió- puede enriquecer la movilidad en la ciudad, pero siempre con la premisa de que no tenga coste alguno".

O el alcalde entendió mal o los nacionalistas no se explicaron bien hace poco más de una semana, pues la propuesta del PNV pasa por firmar un convenio de colaboración en el que se fijarían las cuotas de participación de cada institución en el préstamo de bicis, abierto a la iniciativa privada e incluso a los centros de Formación Profesional de la ciudad que ya trabajan en el mundo de la bicicleta eléctrica.

El valor añadido de la entrada del Gobierno Vasco en el proyecto vendría principalmente por la instalación de puntos de recarga de las bicis en las paradas del tranvía, a cuyas dos líneas se limitaría en una primera fase la red de alquiler, y por el uso del software de la tarjeta BAT para efectuar los pagos. De esa forma se lograría abaratar el coste de la bicicleta pública en la ciudad, que precisamente desapareció en 2012 por la carestía del proyecto en el que se estaba trabajando y por el reparto de sus costes.