Vitoria. Dolor de corazón, trastorno laboral, angustia existencial y congoja económica son algunos de los síntomas padecidos por millones de personas en todo el planeta, aquejadas por una insaciable pandemia apodada por los expertos como crisis global que también ha contagiado a parte de la población residente en la Comunidad Autónoma Vasca. Uno de los termómetros para poder medir ese envenenamiento progresivo de la ciudadanía es ofrecido por los tres Centros de Vacunación Internacional existentes en la CAV que, en los últimos años han percibido un aumento de personas que viajan al extranjero para buscar empleo o para trabajar, y también de aquellos que, por motivos turísticos, optan por visitar otros países en plan low cost.
De hecho, durante el primer trimestre del presente ejercicio la proporción de viajes estructurados bajo la casilla Trabajo igualó a la de Turismo, tal y como informaban desde el Área de Salud de la Subdelegación del Gobierno español, donde centralizan las peticiones y administraciones de vacunas y tratamientos preventivos. Una tendencia que comenzó a tomar forma ya en 2011 y que, en septiembre del año pasado vivió su particular punto de inflexión. Hasta el mes de abril, los tres Centros de Vacunación Internacional atendieron a 3.069 personas y administraron 1.360 vacunas. De esas tres mil, ocio y curro compartieron protagonismo.
Marisa Fidalgo, directora de Salud, confirmaba estos nuevos patrones y presentaba el perfil de estos viajeros laborales: más hombres que mujeres, en una relación de 3 a 1, y con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. "A consecuencia de la crisis se ha notado un cambio en el tipo viajes. Ha aumentado la proporción de viajes no organizados, viajeros por su cuenta, en condiciones más económicas. También se ha producido un incremento notable en los viajes por trabajo, y en el número de viajeros que regresan a sus países de origen con carácter definitivo", resumía. En cualquier caso, el turismo y el ocio continúan siendo el principal motivo para salir al extranjero, fundamentalmente durante los meses propios de verano.
Fuera de esa pauta estacional se mueven los desplazamientos laborales y otros como los relacionados con la cooperación, las adopciones internacionales, estudios o deporte, por ejemplo. El año pasado, por ejemplo, seis de cada diez actuaciones sanitarias emprendidas en los centros de vacunación internacional estuvieron relacionadas con el turismo, y dos de cada diez correspondieron a motivos laborales, precisaban desde la Dirección de Salud. "Hay muchos trabajadores que van al sudeste asiático o a América Latina a abrir caminos comerciales, a instalar fábricas nuevas o máquina herramienta", citaba. "Y la Cooperación supuso un 15% del total, más mujeres que hombres, en una proporción de 2 a 1", apostillaba Fidalgo.
Viajes a Asia El continente asiático (India y Tailandia, fundamentalmente) es el principal receptor de este volumen de viajeros que, lejos de lo que pudiera parecer, sigue creciendo curso tras curso. Así, desde el año 2009, la cantidad de viajeros atendidos en los centros de vacunación internacional ha evolucionado positivamente y de forma gradual; desde los 12.303 a los 12.986 contabilizados en 2012. Únicamente en 2011 hubo un ligero retroceso en Álava (-25) y en Bizkaia (-52) que fue compensado por las 179 consultas de más computadas en Gipuzkoa con respecto a 2010. El resto de los destinos preferidos con Kenia y Senegal en África (30%), y Perú y Brasil en América (30%).
"Los cooperantes o las personas que viajan por motivos laborales presentan un mayor riesgo sanitario debido no solo a la mayor duración de su estancia sino también a otros factores como el mayor contacto con la población local, la posible estancia en zonas remotas sin acceso a centros médicos, las condiciones higiénicas de los alojamientos, alimentos y agua, etc.. Los médicos de los centros de vacunación internacional realizan un estudio previo de las condiciones del viaje y del viajero, y adaptan las prescripciones y recomendaciones sanitarias a cada caso individual", expresaba la directora de Salud.
Las zonas tropicales y subtropicales son las de mayor riesgo de enfermedades potencialmente graves como la malaria o el dengue; y Centroamérica y Sudamérica, y zonas del continente africano para la fiebre amarilla. Aunque, según ilustraba Fidalgo, el mayor o menor peligro depende del ciclo vital del mosquito transmisor, dependiendo de factores climáticos, altitud, época del año, etc..
Aunque no solo esas zonas constituyen el principal foco de infección, reconocía. "Por ejemplo, en Europa central y del Este encontramos riesgo de encefalitis primaveroestival, transmitida por garrapatas en campo o en zonas rurales", sintetizaba.
Y es que, cualquier desplazamiento a países distintos a los de procedencia supone entrar en contacto con gérmenes no habituales frente a los que el organismo propio no tiene defensas. A pesar de ello, desde la Dirección de salud insisten en que se puede viajar a cualquier lugar y compartir tiempo y espacio con las poblaciones locales siempre que se apliquen las medidas sanitarias en cada caso.
El viajero no tiene por qué aislarse en su burbuja, sino aplicar adecuadamente las medidas preventivas que le han sido recomendadas por los especialistas que trabajan en los centros de vacunación internacional. En China, por ejemplo, se recomienda el contacto con aves muertas, mercados callejeros de aves, etc. "La enfermedad más común en viajes internacionales es la diarrea del viajero", concluía Fidalgo.