Vitoria. La cuenta atrás para conocer la previsible decisión del Gobierno de Rajoy sobre el futuro de Garoña sigue corriendo, plagada de dimes y diretes, reflexiones y exigencias, aquí, en Burgos y todo el Estado. Hoy, el debate recalará en el Pleno del Ayuntamiento de Vitoria de la mano del PNV y PSE, con dos propuestas que obligarán al Gabinete Maroto a demostrar con acciones su cacareado discurso en favor del cierre de la central nuclear frente a la predisposición de su partido en Madrid a dar el visto bueno a la solicitud de Nuclenor para prorrogar al menos por otro año la vida de la planta. Ayer mismo, de hecho, el ministro de Industria insistía en que no tiene ningún "perjuicio" en permitir la continuidad de esta instalación si se demuestra que es segura, cosa que ya defendió el Consejo de Seguridad Nuclear -compuesto, entre otros, por dos miembros populares- en el polémico informe que él mismo encargó.

Mientras la Secretaría de Estado de Energía "sigue estudiando" el citado informe, labor que suena a paripé, las voces políticas contrarias a la continuidad de la planta gritan cada vez más alto. El Consistorio gasteiztarra debatirá hoy una propuesta del PNV para dificultar a Iberdrola y Endesa, dueños de la planta bajo el nombre de Nuclenor, el acceso al próximo contrato municipal de suministro eléctrico. También se abordará una moción del PSE, que anima a todos los grupos municipales a unirse para pedir al Ministerio de Industria que rechace la solicitud del lobby.

La medida del PNV pretender ser una respuesta-castigo a la petición de prórroga de Nuclenor. "Queremos trasladar el mensaje inequívoco de que si una empresa actúa en contra de los intereses de la ciudadanía, el Ayuntamiento actuará en contra de los intereses económicos de esa empresa", advirtió el portavoz nacionalista, Gorka Urtaran. A su juicio, tras ver cómo el PP y los propietarios de la planta hacen oídos sordos al llamamiento de la población gasteiztarra, ha llegado la hora de pasar de las palabras a los hechos "para que estas empresas comprueben en su propia cuenta de resultados la oposición social a la continuidad de una central nuclear obsoleta, agotada, insegura e insostenible". El líder jeltzale propone que en el próximo pliego de condiciones para la adjudicación del contrato de suministro de energía a las instalaciones municipales se incluya un criterio de valoración que puntúe de forma significativa el hecho de que las compañías aspirantes no formen parte del accionariado de Iberdrola y Endesa.

El contrato que ahora está en vigor y que el Ayuntamiento vitoriano tiene firmado con ambas compañías finaliza el 31 de octubre. Eso significa que pronto empezarán los trámites para confeccionar el pliego del próximo concurso, así que "estamos en el mejor momento para demostrar a las empresas el compromiso de la Green Capital con la desaparición de Garoña". Su propuesta permitirá, además, retratar al alcalde, desnudarle, ver si es coherente con las opiniones que manifiesta adoptando medidas prácticas y reales.

El PSE vitoriano da por descontado que el 6 de julio, fecha de cierre de la central establecida por el Gobierno de Zapatero, pasará con pena y sin gloria. "Cuando todos pensábamos que se había atendido a la voluntad de la sociedad alavesa y de las instituciones de cerrar la central, comprobamos que el PP no tenía la más mínima intención de prescindir de Garoña. Ha seguido dándole oxígeno poniéndose a disposición de las eléctricas", criticó su portavoz, Patxi Lazcoz. Por eso, el socialista espera que el Gabinete Maroto sea consecuente con su discurso y se una contra esta decisión "desacertada y cobarde", exigiendo a Industria que rechace la solicitud de Nuclenor.

Hay voces, sin embargo, que cuestionan si realmente alguna vez el PSOE fue valiente. El coportavoz de Equo y exdirector de Greenpeace España, Juan López de Uralde, considera que el Gobierno de Zapatero tuvo en su mano la oportunidad de cerrar Garoña, pero que no se atrevió al verse sometido a las presiones de los gigantes eléctricos y retrasó la decisión a sabiendas de que el PP seguiría los dictados pronucleares. Ahora, para colmo, está seguro de que Nuclenor está buscando alargar la vida de la planta otros seis años. "Con la prórroga pretende ganar tiempo hasta que se den condiciones ventajosas económicamente para que Garoña siga funcionando. No es descartable un alargamiento de los permisos hasta 2019, de tal manera que a la empresa le salga rentable la inversión que debe realizar debido a los problemas de seguridad que arrastra la central", alertó.

Equo recordó que el Gobierno central baraja, de hecho, alargar la vida de las plantas atómicas hasta los sesenta años. Una propuesta que conllevaría "una grave irresponsabilidad". López de Uralde insistió en los "graves problemas de seguridad" que ha sufrido Garoña durante los últimos tiempos, como el agrietamiento de la vasija del reactor. Además, esta instalación es gemela de la de Fukushima, aquella que sufrió el fatídico accidente de 2011. Por ello, instó a la movilización ciudadana, "la única manera de parar los planes" pronucleares del PP.

"Con la prórroga de un año, Nuclenor sólo busca ganar tiempo hasta que se den las condiciones ventajosas económicamente para que Garoña siga funcionando"

"Queremos trasladar el mensaje inequívoco de que si una empresa actúa en contra de los intereses de la ciudadanía, el Ayuntamiento actuará en contra de los intereses económicos de esa empresa"

"El PP no tenía la más mínima intención de cerrar Garoña; ha seguido dándole oxígeno poniéndose a disposición de las eléctricas"