vitoria. La razón por la que colectivos como Aitzina, Aspanafoha o Talur se hayan decantado en los últimos tiempos por el reciclaje solidario de tapones de plástico, sólo tapones, no es ni mucho menos casualidad. En el trasfondo de la propuesta existe una razón de peso económico, y es que este tipo de tapones, que están realizados con plástico no reciclado, tienen mucho más valor en el mercado. Actualmente, la tonelada de los de esta especie se cotiza a unos 200 euros, asegura Mariola Martínez desde Escor, que añade que cuánto más grande sea el tapón "mucho mejor", ya que éste se paga a peso.

Según reconocen en compañías especializadas como ésta, el plástico no se puede reciclar indefinidamente, puesto que los polímeros que lo forman van perdiendo sus propiedades y llega un momento en que ya no sirven para ser reciclado. Generalmente, el plástico puede reciclarse entre cinco y ocho veces y para saber a qué tipo de familia pertenece sólo hace falta echar un vistazo a los envases de plásticos para percatarse de ello. Diversos foros señalan además la existencia de cerca de 60 tipo de tapones (desde los de detergentes hasta los de las pastas de dientes, pasando por los tupper, las bombonas de butano, las cremas, los tapones de los bolis BIC o incluso los de los rotuladores fosforitos. Una vez triturados y tratados en la plastiquera de turno, ésta obtendrá la granza o materia prima, que servirá después para fabricar en un proceso industrial posterior no ya tapones como los descritos sino envases de detergentes, tetrabriks o botellas de leche.