a medida que salen a la luz nuevos datos sobre su gestión de las últimas nevadas, la edil gasteiztarra de Seguridad Ciudadana, Marian Castellanos, atraviesa por unas horas cada vez más bajas. Históricamente, la gestión de estos episodios meteorológicos ha pasado facturas importantes a los representantes políticos de la ciudad. Los colapsos generados en Vitoria por el blanco elemento han sido numerosos y notorios a lo largo de los últimos años, al igual que las broncas entre sus concejales, que han utilizado este asunto como arma arrojadiza de forma recurrente. Sin embargo, en este último caso, Castellanos ha conseguido despertar tales niveles de indignación entre sus adversarios que se ha ganado la primera reprobación que recibe un concejal en la historia del Ayuntamiento. Todos los grupos de la oposición, el PNV, Bildu y el PSE, la apoyarán durante el próximo Pleno municipal, aunque se trata de una figura sin valor jurídico que no obligará a Castellanos a abandonar su puesto.
La discordia no se ha precipitado en esta ocasión por una actuación más o menos acertada del equipo de gobierno, que también, sino sobre todo por la opacidad de la que ha hecho gala en los últimos días, por haber "falseado" datos. Ayer, sin ir más lejos, los grupos acusaron a Castellanos de ocultar deliberadamente el desorbitado impacto real que las actuaciones realizadas para mantener limpia la ciudad tuvieron sobre las arcas municipales, mientras la concejal, como gato panza arriba, intentaba justificar que las primeras cifras que ofreció al respecto el pasado lunes 22 se debieron a una "equivocación", a "un error humano" sin intención.
Dijo entonces, en concreto, que el Ayuntamiento sólo había gastado en los cuatro episodios de nieve que hubo durante el invierno 319.367 euros, 150.000 menos que en el año 2010 -cuando gobernaba el PSE-, lo que le empujó incluso a presumir de buena gestión. Ya entonces, los grupos de la oposición mostraron sus serias dudas sobre la versión oficial. Castellanos apenas puso datos sobre la mesa. Hasta que un portavoz de los Bomberos, tres días después, aseguró durante una entrevista radiofónica que las tareas de limpieza y retirada de la nieve habían ascendido, como mínimo, hasta los 500.000 euros. Ayer, Castellanos admitió que el coste de las nevadas ha sido incluso superior. Como mínimo, se ha disparado hasta los 580.229 euros, que todavía pueden ser más porque faltan varias facturas por contabilizar. Más de 250.000 euros de desfase respecto a sus primeras declaraciones. Y justificó también que esos 319.367 euros se correspondían en realidad al gasto realizado en nevadas durante el pasado año 2012.
Castellanos compareció a petición de todos los grupos de la oposición, en una sesión extraordinaria y urgente, para dar explicaciones sobre toda esta polémica. Lo hizo, dijo, tras recuperar todas las facturas de las nevadas que se encontraban dispersas por distintos departamentos municipales; facturas de las que, según aseguró, no conocía ningún detalle. Sus argumentos no convencieron a nadie, a pesar de que pidió "disculpas", para la oposición con la "boca pequeña", hasta en media docena de ocasiones. "Me equivoqué, erré al dar esa cifra de 2012 y pido disculpas públicas por ello. Pero quiero que quede una cosa clara. No estoy dispuesta a escuchar que he ocultado datos, que he faltado a la verdad o que he cometido irregularidades. No es justo, no es ético y no es verdad", advirtió la responsable de Seguridad Ciudadana al final de su primera intervención.
las sospechas Los grupos de la oposición consideran demasiado sospechoso que Castellanos no tuviese conocimiento del coste real de las intervenciones cuando ellos, "extraoficialmente", ya sabían que había sido muy superior de lo que ella había anunciado en primera instancia. Así lo advirtió el jeltzale Álvaro Iturritxa, para quien las argumentaciones de Castellanos ya comenzaron a "crujir" ese mismo día 22, en el momento en que la concejal delegada informó de que había contratado a una serie empresas externas para colaborar en la limpieza de la vía pública. "Teníamos más información que usted e incluso tuvieron que salir los Bomberos a desmentir sus datos", algo "kafkiano" a juicio de Iturritxa. "Ha intentado colocarnos maquinaria averiada", censuró el edil jeltzale, a pesar de que la oposición ya solicitó los datos del coste de las nevadas hace más de mes y medio, sin obtener respuestas hasta hace una semana, y de la forma en que llegaron. "Si dar esos datos fue un error involuntario, demuestra su incapacidad para gestionar su departamento. No se puede trabajar de forma tan descontrolada. Pero la otra hipótesis, que hubiese tratado de ocultar y entorpecer nuestra labor, es más grave aún", censuró Iturritxa. El portavoz jeltzale, Gorka Urtaran, confirmó tras la comparecencia de Castellanos que su grupo apoyará la reprobación de la edil al dar por hecho que "ocultó información de forma deliberada". Bildu planteó esta iniciativa en primera instancia y el PSE fue el primero en anunciar que también la apoyaría, después de pedir, también, la dimisión de Castellanos.
Lo hizo en boca de su portavoz, Patxi Lazcoz, quien a raíz de los últimos acontecimientos cree que Castellanos es una concejala "bajo sospecha". A juicio del exalcalde, cuyas actuaciones en las nevadas de años anteriores también fueron ayer motivo de comparación con la actualidad para la responsable de Seguridad Ciudadana, Castellanos "tiene que dimitir, por mentir y reiterarse en la mentira". "No se puede mentir como lo ha hecho y sobre datos tan relevantes, para luego ir diciendo a los vitorianos que hay que recortar de servicios sociales porque quieren convertir cada nevada en una fiesta de la sal, para intentar parecer que lo hacen mejor que los anteriores", censuró Lazcoz. Una "mentira del 81%", el desfase que ya ha reconocido Castellanos respecto al coste que inicialmente atribuyó a las nevadas.
Las críticas también fueron feroces desde la coalición abertzale Bildu. David Pina, que dijo haber sufrido una "odisea" para poder hacerse con las facturas, acusó al Ayuntamiento de ocultar los datos y, también "engañar" deliberadamente con ellos. Críticas que también llegaron por lo que, a su juicio, ha sido un "despilfarro" de dinero público a cuenta de las nevadas, una "lapidación" de recursos que según Pina ha respondido a la intención del Gobierno municipal de dar la imagen política de que la ciudad no se colapsó. "Se ha gastado una cantidad indecente para que parezca que no ha nevado en la ciudad", censuró el concejal. "¿Sigue siendo este gasto una gestión económica rigurosa? Lo que ha montado es la fiesta de la sal y de la salmuera", replicó posteriormente Lazcoz, recordando que el coste ya asumido por el Ayuntamiento casi alcanza al presupuesto anual de las fiestas de la Virgen Blanca.
Pina, además, censuró a Castellanos por no haber propiciado un "equilibrio" entre evitar el colapso y hacer lo posible para dar la impresión de que no había nevado en Gasteiz. "En el momento en que caía un copo salían siete camiones", denunció Pina, quien también cuestionó el gasto declarado hasta el momento por Castellanos en sal y salmuera, 103.915 euros. Pese al rapapolvo, Castellanos no dimitirá, al menos por ahora.