málaga. La tonadillera Isabel Pantoja, acostumbrada a ser jaleada por sus seguidores, pasó de ser aclamada por ellos a la entrada de la Audiencia de Málaga ayer, a ser abucheada, zarandeada, y acusada de "ladrona" por sus detractores tras ser condenada a dos años de prisión por blanqueo de capitales.

Pantoja, que llegó con bastante antelación a la cita judicial, tuvo que esperar algo más de dos horas para conocer el desenlace del caso en el que está procesada junto a su expareja Julián Muñoz y la que fuera esposa de éste, Maite Zaldívar.

Con el pelo recogido, ropa informal y semblante serio, la artista escuchó primero las condenas que el tribunal ha impuesto a Muñoz y Zaldívar, y mientras se leía la suya, apenas gesticuló; tan sólo bajó la cabeza y miró hacia un lado al saber que tendrá que pagar más de 1,1 millones de euros de multa.

Ante la diferencia de penas impuestas a Zaldívar y Pantoja, se produjo un murmullo de sorpresa e indignación entre algunos asistentes que obligó al presidente del tribunal a llamar al orden y a advertir de que no iba a tolerar muestras de aprobación o desaprobación.

Más expresiva fue Maite Zaldívar quien, visiblemente nerviosa desde su entrada en la sala, rompió a llorar al escuchar su condena , mientras que Julián Muñoz, acostumbrado a estas lides y vestido con un elegante traje gris, ha permanecido en todo momento cruzado de brazos. Al término de la vista y a una distancia de unos diez metros, se formaron dos grupos de amigos y familiares de Pantoja y Zaldívar, que intentaban consolarlas mientras éstas asumían su condena.

Después, la tranquilidad de la entrada no se vivió en la salida, en la que el despliegue policial no pudo impedir que la tonadillera se viese rodeada por decenas de cámaras mientras sus detractores la llamaban "choriza", "ladrona" y "delincuente". El revuelo fue tal que el chófer de la artista se subió al techo del vehículo para ayudarla a entrar en el coche. Mientras, Pantoja, que no tendrá que ingresar en prisión, abandonaba las dependencias judiciales, los familiares de Muñoz se ponían de acuerdo para proveer al exalcalde de lo necesario ante su próximo regreso a prisión, de la que salió en 2008 tras obtener el tercer grado.

Aquejado de problemas cardiovasculares, el sucesor de Jesús Gil aprovechó su anterior paso por la cárcel para estudiar Derecho y cuidar su salud. El jueves volverá a sentarse en el banquillo, esta vez en Madrid por el caso Saqueo II. Encausado en más de cien procedimientos judiciales, su periplo judicial aún no terminado.