laguardia. Casi cuatro años ha costado que hubiera una sentencia firme contra quienes en la noche del 18 de julio de 2009 rompieron la convivencia pacífica en la localidad de Urturi, agrediendo a la entonces presidenta de la Junta Administrativa, Natalia Elorza, a su padre y poniendo en peligro la vida de los hijos de ella.

Eran las once y media de la noche, cuando un vecino del lugar, acompañado por otros veraneantes "actuando en grupo y con la finalidad de atentar la paz pública de la localidad de Urturi-Bernedo, por estar en desacuerdo con la decisión de suspender las fiestas de dicha localidad adoptada por la entonces alcaldesa, Natalia Elorza, lanzaron seis o siete cohetes de fuegos artificiales en dirección a la casa de la misma, con la intención de menoscabar la propiedad ajena causando daños en los cristales y persianas de la puerta balconera de acceso a la habitación principal", según reza el acta policial argumentada por el juez.

La sentencia recuerda que una vez que el padre de la propietaria vio los daños en la casa bajó a la calle a enfrentarse con los agresores, y en ese momento el acusado principal, vecino de Urturi, "le agarró por el cuello y le golpeó varias veces contra la pared causándole lesiones consistentes en un esguince cervical y erosiones superficiales en la espalda de las que tardó en sanar 64 días, durante los cuales estuvo incapacitado para sus ocupaciones habituales". Ante ese exceso de violencia, Natalia Elorza trató de ayudar a su padre y entonces "el acusado, estando en ese momento altamente influenciado por el consumo de bebidas alcohólicas, la agarró por el cuello empujándola al suelo y causándole lesiones consistentes en múltiples contusiones en hemicuerpo derecho, hombro derecho, región cervical y temporal derecha" de las que tuvo que ser curada y a lo que se añadió un trastorno adaptativo con sintomatología ansioso-depresiva. A todo esto se añade que el vecino de Urturi condenado la amenazó diciendo a Natalia Elorza que "cuando la viera por ahí sola la iba a matar".

El origen de este salvaje acto fue la suspensión de las fiestas de la localidad. En aquellos momentos, en Urturi se estaban llevando a cabo unas importantes obras de instalación de nuevos colectores y arreglo de la travesía, por lo que había numerosas zanjas abiertas en el pueblo. Sin embargo, lo más peligroso se encontraba en la plaza, donde había dos enormes socavones que suponían un serio peligro si no se tenía cuidado al pasar por la zona y, desde luego, un alto riesgo para quienes fueran "demasiado alegres" en la fiesta. Por ello, la Junta había decidido suspender las fiestas de ese año y se había avisado con bastante antelación, explicando la razón por la que se tomaba esa decisión.

Y por lo sucedido, la regidora municipal en aquellos momentos tenía toda la razón. El alcohol hizo estragos en el comportamiento de aquellos adultos que actuaron en grupo, sacando lo peor de ellos y creando una situación muy peligrosa para los hijos de corta edad de Natalia Elorza, en cuya cama cayeron cristales tras la explosión del cohete.

Sin embargo, ese estado de embriaguez se ha considerado como un atenuante, y así, las propuestas del fiscal se han visto reducidas. El agresor principal ha sido condenado a seis meses de multa con cuota diaria de 6 euros y a un año de prisión con inhabilitación especial para el sufragio pasivo, por la agresión al padre, así como tres meses de multa con cuota diaria de 6 euros por la agresión a Elorza. Asimismo deberá indemnizar a la segunda con 4.000 euros y al primero con 3.000, y a la aseguradora la factura de arreglo de los desperfectos, que ascienden a 1.390,95 euros. Esta persona también estuvo cumpliendo una orden de alejamiento de tres meses que ya ha sido levantada. Las otras personas del grupo, identificadas por la Ertzaintza, también han sido condenadas a multas y a seis meses de prisión.