Vitoria. La Fiscalía de Álava solicita tres años de prisión y el pago de más de 45.000 euros a una mujer que vendió un trastero en Gasteiz sin abonar los dos créditos hipotecarios pendientes y que siguió cobrando al comprador los plazos pactados incluso cuando la Caja Vital ya la había desahuciado.
El fiscal acusa a esta mujer, que será juzgada esta semana en la Audiencia Provincial de Álava, de un delito de estafa porque "continuó percibiendo el precio de compraventa" del trastero "después de conocer la iniciación de la ejecución hipotecaria e incluso después de haberse adjudicado el inmueble a la Caja Vital", entidad que le había concedido los dos créditos. Según la calificación fiscal, la acusada y el comprador firmaron un contrato de compraventa de un trastero ubicado en la calle Pintorería de Vitoria en mayo de 2008 por un precio de 48.000 euros, de los cuales 36.000 fueron abonados a la firma del contrato.
Ambas partes acordaron que los 11.000 euros restantes se abonarían en 22 plazos mensuales de 500 euros cada uno y, como la finca estaba grabada con dos créditos hipotecarios a favor de la Caja Vital, la propietaria se comprometió a cancelarlos antes de que se otorgaran las escrituras al nuevo propietario. De este modo, el comprador comenzó a ingresar el dinero pactado, y lo hizo desde julio de 2008 hasta abril de 2010, periodo en el que pagó 9.822 euros, con lo que entregó a la vendedora un total de 45.822 euros. Sin embargo, cuando el comprador se quiso ponerse en contacto con la vendedora para regularizar la situación y recibir las escrituras, ella no atendió a sus llamadas.
Aparte, la Fiscalía ha pedido tres años de cárcel para un hombre que sometió a su expareja a "una tortura constante de llamadas telefónicas" con la intención de "menoscabar la paz mental" de la mujer. Según el escrito de la Fiscalía las llamadas comenzaron el 1 de diciembre de 2010 y se prolongaron hasta el 9 de febrero de 2012. El acusado, de 49 años, supuestamente telefoneó desde su móvil en reiteradas ocasiones, llegando incluso a llamarla cuatro veces en un mismo día.