Cerca de 870 millones de personas sufren hambre en el mundo. Desde 1990, 45 países del Sur han logrado erradicar la desnutrición, lo que ha contribuido a bajar la tasa de malnutrición del 18% al 12%. Según el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, este avance representa "un aliento" para cumplir el primero de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) fijados por la ONU y que consiste en reducir a la mitad la proporción de personas que tienen hambre en el mundo para 2015. Aún quedan otros 40 países por lograr esta meta y solo 1000 días por delante. No obstante, la FAO ve aún posible el reto.

"No es una utopía", afirmó Graziano da Silva en el marco la reunión de alto nivel de la ONU sobre Hambre, Seguridad Alimentaria y Nutrición, un foro que ayer reunió en Madrid a expertos de 32 países y 17 agencias internacionales para reflexionar sobre cómo luchar contra el hambre a partir de 2015, fecha en la que caducan los ODM, las metas que la comunidad internacional se marcó en el año 2000 para, entre otras cosas, reducir a la mitad la pobreza extrema.

Según el presidente de la FAO, lograrlo es factible "si hay compromiso político" y "recursos asignados para ello". Pero la realidad es que el 85% de los países donantes han recortado sus fondos para cooperación al desarrollo los últimos años. Es el caso del Estado español, que entre 2011 y 2012 ha reducido a la mitad las ayudas destinadas a proyectos en países en vías de desarrollo -el 0,15% del PIB, lejos del 0,7%-. Ello ha provocado la cancelación programas fundamentales. El Estado español espera revertir la caída en sus contribuciones de ayuda al desarrollo cuando el país supere la actual crisis económica, según afirmó ayer el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

"Soy el primero en lamentar que la crisis haya afectado a la reducción del esfuerzo de cooperación, que para nosotros es vital, y espero que esta reducción sea temporal y que, cuando recuperemos nuestra velocidad de crucero en la economía, volvamos a poder llegar a los niveles hemos tenido en otros años", afirmó García-Margallo. "Las reducciones a los fondos de cooperación y de ayuda humanitaria se han producido en todos los países del mundo, todos estamos siendo azotados por la crisis y todos hemos tenido que hacer ajustes presupuestarios", dijo el responsable de cooperación, quien añadió que en el caso de España ha tenido que ser "más doloroso" por el "abultado" déficit público.

Euskadi tampoco es ajena a esta corriente internacional ya que en el borrador de los Presupuestos de 2013 la partida para financiar la cooperación al desarrollo experimenta una reducción del 35,5% (pasa de 50,685 millones de euros en 2012 a 32,326 millones), lo que ha suscitado malestar y preocupación entre las ONGs vascas, que temen la congelación de las convocatorias de este año.

Según la Coordinadora de ONGs de Euskadi, la aprobación de estos recortes "supondrá el incumplimiento" de la Ley Vasca de Cooperación de 2007, que establece que el Gobierno Vasco en 2012 debía destinar a cooperación el 0,7% del presupuesto total. Según este borrador, en 2013 se destinará el 0,35% del presupuesto total, bajando del 0,4% por primera vez desde 2002. Asimismo, significa pasar de 23 euros por habitante de Euskadi y año (en 2011) destinado a la política de solidaridad internacional en el Gobierno vasco, a 14,5 euros cuando su presupuesto, cercano a los 9.100 millones de euros, supone 4.100 euros por habitante de Euskadi al año.

Por este motivo desde la coordinadora que agrupa a 81 ONGs vascas, piden que el Ejecutivo vasco "rectifique" la propuesta inicial. El presidente de la ONG Alboan, José Ignacio Eguizábal se pronunciaba del mismo modo en el artículo La ética de los presupuestos, publicado ayer en DNA: "Nuestro Gobierno está a tiempo de rectificar. Tenemos que estar a la altura ética de nuestra responsabilidad con las personas del Sur que han sentido la hermandad del pueblo vasco. Ni cuesta tanto cumplir con la palabra dada, ni con la letra de la ley". En respuesta a las críticas recibidas, el lehendakari Urkullu afirmó recientemente que no tiene previsto cambiar la estrategia en cooperación, aunque "se adecuará a la realidad" de la crisis económica del país. Al mismo tiempo, anunció que a finales de año el Gobierno vasco sacará una nueva convocatoria.

Sea por la crisis, o no, el caso es que a día de hoy solo cinco países de la OCDE destinan a cooperación el 0,7% del PIB, el objetivo fijado por la ONU: Luxemburgo aporta el 1% -y de 2011 a 2012 elevó el presupuesto un 9,8%-; Suecia, el 0,99% del PIB -menos el 3,4%-; Noruega, el 0,93% del PIB - un 0,4% más-; Dinamarca, el 0,8% del PIB - menos el 1,8%- y Holanda, que destina a las ONGs el 0,71% de su PIB pese a haber recortado el 6,6% de la financiación de 2011.

Sin compromisos económicos En el documento de Madrid no hubo compromisos de financiación concretos ya que esta cuestión comenzará a debatirse en 2014. El encuentro, en el que participó el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, solo sirvió para preparar a la llamada agenda post 2015 que deberá sustituir a partir de esa fecha a los Objetivos del Milenio (ODM). A diferencia de cómo se prepararon en su día los ODM, iniciativa surgida de los despachos de Naciones Unidas en Nueva York, en esta ocasión se ha lanzado un proceso de diálogo entre líderes mundiales, el sistema de la ONU, ONG, empresas, académicos y ciudadanos para diseñar entre todos las metas de desarrollo que sucederán a los ODM.

En su comparecencia, el director de la FAO también reiteró que "tratar la pobreza extrema y el hambre no es filantropía, sino que es un deber del Estado" y que el problema "no es solo de producción", es también "de distribución y acceso". Sin embargo, subrayó que el hecho de que cerca de 870 millones de personas en todo el mundo sufran hambre pone de manifiesto que la guerra contra la inseguridad alimentaria está "lejos de terminar".