Alertas naranjas, nieve, granizo, lluvias persistentes, vientos, y un rayo de sol? llevamos semanas con un ojo en el cielo y el otro en la información del tiempo como si todas las borrascas desembocaran directamente en el Golfo de Bizkaia. Con las vacaciones de Semana Santa a la vuelta de la esquina, las previsiones meteorológicas son el santo y seña de las conversaciones y parece que hubiéramos comenzado un curso acelerado de Mariano Medina. Las audiencias de la tele se disparan y todo el mundo se queda embobado mirando mapas e isobaras.
¿Por qué estamos tan pendientes de la información meteorológica? "El tiempo ha adquirido mucho protagonismo en la tele porque es un producto que funciona. Todo el mundo necesita hacer planes y no digamos ya los empresarios turísticos. Aunque yo creo que un espacio de más de siete u ocho minutos es excesivo. Pero lo que resulta evidente es que tiene millones de seguidores", dice Mario Picazo, tan consciente del fenómeno de frentes y anticiclones que acaba de estrenar una web con comunicaciones personalizadas para las fechas y lugares en los que se desarrollan acontecimientos de interés.
"Va a hacer malo, lo han dicho en la tele, mejor nos quedamos en casa. Ésta es una frase que el sector del turismo teme. Tuvimos un encuentro en Formigal con hosteleros de la zona y nos confesaron que ellos preferirían que no existiésemos", cuenta Jacob Petrus, el meteorólogo de Telemadrid, quien explica además, que reciben quejas, "pero nunca presiones".
Saber si va a hacer frío o calor se ha convertido en una herramienta imprescindible para la economía y el ocio, y el espacio meteorológico de TVE es un clásico de la historia audiovisual. Cada vez se viaja más, pero como el tiempo libre es más escaso, las páginas turísticas incluyen siempre un apartado cargado de símbolos con soles y nubes. La tecnología ha traído nuevas fuentes de información. Pero no hablamos de Weather o Meteoalarm, una red europea de alertas meteorológicas, sino de los propios espectadores. Para Ana Urrutia, presentadora de Eguraldia, la colaboración de los espectadores es vital. "La audiencia es nuestra ventana. Hemos conseguido un feedback muy importante con el público que colabora con nosotros a través de las nuevas tecnologías. Ellos son estaciones humanas en determinados lugares y nos aportan datos de viento, de temperatura..., una riqueza que podemos luego contar y que nos ayuda a ser más precisos", señala Urrutia.
Luchando contra los elementos, los populares hombres del tiempo cargan con la pesada losa del error y la inexactitud. Sin embargo, llegado un puente o unas vacaciones, son consultados como un oráculo. "Los hombres del tiempo no somos tan malos. Lo que ocurre es que todos queremos escuchar la temperie -el tiempo atmosférico- en nuestro pueblo, y si puede ser, en nuestro jardín. Y eso es imposible. Los medios ofrecen la información meteorológica a granel, no pueden personalizarla. Se emplea un minuto en repasar el pronóstico para Euskadi o Extremadura, cuando cada una de estas comunidades contiene cientos de microclimas para los cuales la predicción no será válida", dice el cazador de tormentas Emilio Rey.
"no se puede precisar"
Maestrillos y librillos
Los equipos del tiempo basan sus predicciones en diferentes modelos de previsión, una suerte de mapas que se elaboran por ordenador, con los datos de miles de estaciones meteorológicas y una gran cantidad de variables. Cada maestrillo tiene su librillo y cada hombre del tiempo, su modelo de previsión. "Uno de los trabajos de los hombres del tiempo es diferenciar y escoger qué modelo se adapta mejor a la zona sobre la que quieres hacer una previsión. Hay modelos que se adaptan mejor a determinadas condiciones meteorológicas o a determinados momentos del año", explica Jacob Petrus.
Ante esto, solo queda hacer la información del tiempo con rigor, porque, como cuenta Roberto Brasero, "cuando acaba una Semana Santa, o bien se quejan los hosteleros o los clientes". El hombre del tiempo de Antena 3 explica que "a veces los errores en realidad son faltas de concreción o precisión, por lo mucho que tenemos que condensar la información".
Quizá por eso, Martín Barreiro, el chico del tiempo en TVE-1 los fines de semana cree que nunca llueve a gusto de todos. "Por ejemplo, en un mapa de España solo caben un par de símbolos en Euskadi, y puede, por ejemplo, que esté lloviendo en la costa y que en el interior haga un tiempo de lo más agradable. Por eso, si se requiere una información más detallada conviene buscar en otros formatos: la tele autonómica, la información territorial. Yo apuesto por un tiempo más multidisciplinar, que combine espacios largos y cortos para explicar bien lo que sucede", indica.