Una vez terminada la crisis de hace un par de semanas y con el cielo de nuevo amenazando, ¿qué balance hacen desde la agencia de la gestión interinstitucional de las inundaciones?

Desde la Agencia Vasca del Agua consideramos que la gestión interinstitucional del episodio de intensas lluvias sufrido, principalmente, en la semana del 14 al 20 de enero, ha sido óptima, tanto desde el punto de vista de la anticipación del fenómeno como de las decisiones de gestión de los embalses del Zadorra. Es de destacar que las precipitaciones observadas han sido extraordinariamente intensas llegando a observarse valores récord de precipitación en el mes de enero en algunas estaciones y llegando, por ejemplo, a entrar en el embalse de Ullibarri, en las primeras treinta horas del episodio, el volumen de agua correspondiente al abastecimiento de agua de Vitoria en un año. Desgraciadamente, ha habido daños como consecuencia de este episodio, pero tenemos la seguridad de que dichos daños han sido los mínimos que se podían producir ante la intensidad del mismo.

Los agricultores se quejan de que las avenidas echan a perder sus cultivos, y los ecologistas dicen que el sector primario le ha comido terreno al río y que por eso se inunda. ¿Cuánto margen necesitan las riberas de un cauce como el del Zadorra para asumir las avenidas de agua?

En la actualidad la legislación en materia de aguas es muy restrictiva con los usos de las zonas inundables, sin embargo no existe restricción respecto a la ubicación de cultivos en dichas zonas, siempre y cuando estén exentas de construcciones que puedan limitar el flujo del agua tales como invernaderos o casetas. Esto quiere decir que se da por hecho que va a existir una coexistencia entre dichas áreas de cultivo y la inundabilidad. URA genera y publica la cartografía de inundabilidad de las zonas inundables de nuestro territorio, y en dicha cartografía se clasifica la inundabilidad del territorio para distintos periodos de retorno. El criterio general sería asumir que el río necesita disponer de la superficie de terreno suficiente para evacuar la avenida de probabilidad de periodo de retorno de 100 años.

Los mayores problemas se producen en aquellos puntos en los que ha entrado la mano del ser humano, como los puentes. ¿En qué puntos se hace más urgente actuar dentro del territorio alavés?

A la hora de dar un orden de prioridad a las intervenciones, cosa que es inevitable dada la gran herencia de ámbitos indebidamente ocupados que hoy necesitan ser defendidos, está claro que factores como el riesgo al que la población está sometida, en primer lugar, y los daños potenciales en la actividad urbana y en las infraestructuras, en segundo, marcan esa urgencia o esa prioridad. Sintetizando mucho, las áreas alavesas cuyo impacto potencial es mayor y, por tanto, las primeras que deben ser protegidas, son la ciudad de Vitoria-Gasteiz y Llodio.

Técnicos, políticos, agricultores y ecologistas coinciden en que la mejor solución ante las inundaciones son aliviaderos como el construido en Gamarra. ¿Cabe ampliarlo a otros puntos del cauce del Zadorra? ¿Es una solución cara o compleja desde el punto de vista técnico?

Estos "aliviaderos" no son sino áreas a disposición del río para evacuar las avenidas. Es dotar al río de mayor espacio, y por lo tanto la dificultad fundamental para poder implantar soluciones de ese tipo en otros puntos está en la disponibilidad de dicho espacio. En cualquier caso, es posible y deseable.

Ustedes afirman que limpiar el cauce y las riberas de un río es muchas veces inútil a la hora de contener una riada. ¿Por qué?

Eso no es exacto. A nuestro juicio los ríos deben estar limpios. Lo que no creemos es que un río con vegetación de ribera sea un río sucio. A nuestro parecer eso es un río sano, y dicha vegetación tiene un efecto beneficioso para el río en todos los sentidos. Otra cosa es la eliminación de acúmulos que taponen ojos de puentes, por ejemplo. De todas maneras, en la inmensa mayoría de los casos las causas no tienen mucho que ver con la vegetación.

Además de actuar ante las riadas, URA emplea buena parte de su tiempo en testar la salud de nuestros ríos. ¿Cuál es la situación de los cauces alaveses en relación con los guipuzcoanos y vizcaínos?

En toda la comunidad autónoma el estado de los ríos viene, en general, mejorando desde hace algunos años. Ello es fruto del esfuerzo en saneamiento y depuración y, también, de que se ha frenado la ocupación física de los entornos fluviales. Es evidente que es la presión humana la que impacta en el medio, por lo que no es de extrañar que, globalmente, el estado de los ríos de la vertiente mediterránea sea algo mejor que los de la cantábrica. Pero esto tiene un enorme número de excepciones.

Son recurrentes las alusiones al Baias y al Omecillo, que presentan serios problemas de caudal en algunos momentos del año. ¿Cómo se puede paliar esa situación?

En ambos casos su dinámica natural hace que en estiaje ambos cursos tengan poco caudal e incluso lleguen a perderlo en algunos tramos. Si a eso se une que todavía existe un cierto déficit de saneamiento en algunos lugares, y algunas captaciones no del todo respetuosas, es cierto que pueden darse situaciones no deseables.

En lo referente al Zadorra, en Agurain y Vitoria soporta en algunos puntos importantes niveles de contaminación. ¿Cumple este cauce los estándares mínimos para convertirlo en una reserva de la Biosfera, tal y como pretende la Diputación?¿Conviven bien, los alaveses y el Zadorra?

No les queda más remedio. Deben ver al río, como todas las poblaciones ribereñas, como un elemento natural a respetar, pero también como un beneficio desde muchos órdenes de la vida, incluso los sentimentales.

¿La lucha contra el mejillón cebra es una batalla perdida de antemano? Lleva 200 años colonizando Europa y hasta el día de hoy parece imparable.

Con honestidad, lo más importante ante el actual grado de conocimiento científico es desarrollar medidas preventivas para intentar frenar su expansión y el desarrollo de tecnología y materiales a utilizar en las infraestructuras ligadas al agua que sean más resistentes a la especie o les proporcionen un hábitat menos confortable.

El agua potable comienza a ser un negocio rentable que se está cediendo en muchas zonas del Estado a la iniciativa privada. ¿Puede suceder lo mismo en Euskadi? ¿Tiene alguna incidencia desde el punto de vista técnico el que su gestión corra a cargo de una empresa particular?

En primer lugar se debe señalar que la prestación de los servicios de abastecimiento y saneamiento corresponde, por la Ley de Bases de Régimen Local, a la Administración Local. No obstante, existen diferentes vías para el ejercicio de dicha responsabilidad, que puede pasar por la contratación de empresas privadas e incluso la concesión de dicha prestación. En Euskadi, la práctica totalidad de la prestación de los servicios de abastecimiento y saneamiento se realiza por parte de las administraciones locales, mancomunidades, consorcios o diputaciones, es decir, administraciones públicas. Para URA, como administración hidráulica de la CAPV, este hecho tiene una incidencia netamente positiva, dado que los propios gestores de los servicios de abastecimiento y saneamiento tienen entre sus objetivos el cuidado y la recuperación ambiental de las masas de agua, y han sido agentes activos fundamentales para la recuperación de masas de agua muy degradadas.