SANTA CRUZ DE TENERIFE. La joven recibió el cetro, que se entrega un día antes de que, con la cabalgata anunciadora, arranque la fiesta en la calle y Tenerife se vista con el sari, el vestido tradicional de India, en honor a Bollywood, que es la temática de este año.
Su destreza al caminar por el escenario y el esplendoroso vestido diseñado por Saliarca Creativos en representación del centro comercial Meridiano, le valieron para alcanzar su sueño, el de convertirse en la reina del considerado acto capital del carnaval tinerfeño.
"Volare", así se llama su fantasía, estaba coronada por un gran tocado cubierto de brillantes plumas blancas, que contrastaban con el colorido escenario, en el que una pantalla de 70 metros de largo proyectó durante toda la noche las imágenes más características del carnaval de la capital tinerfeña.
De esta forma, Soraya Rodríguez se impuso al resto de candidatas, en total 13 jóvenes, que desfilaron con vestidos que en la mayoría de los casos superaron los cinco metros de alto y los 80 kilos de peso.
En principio estaba previsto que desfilaran 14 aspirantes, pero una de ellas no pudo hacerlo al sufrir quemaduras de primer grado tras estallar una pirotecnia justo antes de salir al escenario.
Al margen de este suceso, la gala brilló por su musicalidad, con constantes guiños al mundo de Bollywood y con danzas típicas de India mezcladas con coreografías pop.
Así lo quiso el director artístico de la gala y diseñador, Juan Carlos Armas, quien le dio acento canario al espectáculo con las actuaciones de Nalaya Brown, Pepe Benavente, Ray Castellano y Ely Curbelo, entre otros.
También hubo tiempo para las murgas y las trompetas de los Bambones, quienes a pesar de no ganar la final de este año, fueron tan críticos como siempre con los políticos, a los que les pidieron que "dejen de robar" y de "rescatar a los bancos".
La sátira dio paso a la belleza de las aspirantes a reina, que asumieron personajes como reinas del paraíso, diosas de invierno, mariachis y exuberantes flores para defender sus candidaturas durante el tiempo que duró la gala, presentada por Màxim Huertas y Pilar Rumeu.
Uno de los vestidos, hecho a base de cristales reciclados, llamó a la conciencia del público, otro les acercó a África y, la mayoría, les hizo bailar desde sus asientos durante las más de tres horas que se prolongó el espectáculo.
Por la belleza de sus fantasías o por la simpatía con la que se dirigían al público, todas las candidatas a reina destacaron, sin embargo, la emotividad de los espectadores se la llevaron los representantes de la comunidad india de Tenerife -las más numerosa de la isla-, quienes acompañados de los aplausos de los espectadores, interpretaron la danza típica de este país.