DONOSTIA. El sector educativo vasco reclama una nueva Ley vasca de educación, ¿la del 93 está desfasada?

Prefiero no meterme en esos berenjenales y que sea la comunidad educativa la que opine. El profesorado en general, los aitas y amas, también los alumnos y los centros, tienen una opinión formada sobre qué se ha hecho y qué se puede hacer para mejorar, mirando los modelos de éxito de nuestro entorno. Si es necesaria o no una nueva Ley vasca de educación o su contenido debería salir de esa reflexión junto con las aportaciones de los partidos. No obstante, opino que todas las comunidades deberían tener un margen suficiente para desarrollar sus propios proyectos educativos, entendiendo que tienen que tener una base común.

¿La LOMCE desactiva la posible reforma de la ley vasca?

Pedro Miguel Etxenike suele decir, y creo que tiene toda la razón, que no puede ser el café para todos. Hay que poder discriminar, la excelencia se basa en que unos lo hagan mejor que otros. El sistema universitario norteamericano que todos admiramos se explica porque existen Yale, Harvard, Columbia, Standford y junto a ellas muchas universidades de las que ni siquiera conocemos el nombre. Su éxito se basa en que tienen capacidad para diseñar sus propios proyectos educativos, eso es lo que hay que preservar aquí y no aplicar tabula rasa. Un mínimo sí, pero a partir de él que cada comunidad autónoma, incluso que cada centro educativo, tenga la capacidad de poder desarrollar su proyecto. Luego serán los aitas y amas quienes digan dónde está la excelencia, dónde está la mejor educación para sus hijos. El éxito de las ikastolas se debe a eso.

¿A qué se refiere?

Nacieron a finales del franquismo, tuvieron apoyo social, fueron creciendo, la gente entendió que eran un buen proyecto educativo no solo por el euskera, sino porque tenían un proyecto pedagógico avanzado. Eso es lo que ha permitido a las ikastolas llegar a donde han llegado. Y eso mismo es lo que necesitamos, preservar la capacidad de discriminar y tomar nuestras propias decisiones, para lo bueno y para lo malo. Luego está tu saber hacer, que creo que es lo que ha demostrado esta sociedad a nivel empresarial, educativo, universitario... Hay que hacer lo posible y lo imposible para mantener esa capacidad de decisión ya que es lo que nos ha permitido estar en la media europea e incluso un poquito más arriba, mirando siempre a los que están mejor.

¿Hay que superar el sistema de modelos lingüísticos?

Hay dos visiones en esta sociedad: los que están por mantener un sistema de modelos diferenciados reformándolo para subsanar sus déficits, y los que quisieran un único modelo. Yo soy partidaria por razones sociolingüísticas de mantener modelos lingüísticos diferenciados, siempre que se cumpla la Ley Básica de Normalización de Uso del Euskera que establece que al terminar la educación obligatoria haya un conocimiento razonable de los dos idiomas oficiales y que, hoy por hoy, no se cumple. En la práctica quiere decir que tiene que haber un conocimiento razonable de euskera ya que año a año se demuestra que el alumnado del modelo D tiene mejores resultados en Lengua castellana.

¿Qué 'patatas calientes' hereda la consejera Cristina Uriarte?

El modelo A fundamentalmente, luego hay otras patatas calientes, si se quiere, más pequeñitas como que un 25% del alumnado del modelo D, un 75% del A y un 50% del B no demuestra lo que debería demostrar respecto al conocimiento del euskera al final de la obligatoria. Hay una cosa importante que hasta ahora no se ha podido o no se ha querido hacer, que es establecer los objetivos lingüísticos mínimos generalizables al sistema tomando el marco estándar europeo. Es fundamental decidir qué nivel mínimo hay que adquirir al final de la ESO: ¿un B1, un B2?. Y una vez definido ese mínimo hay que respetar que las familias que por distintas razones no quieran que sus hijos vayan a un modelo básicamente euskaldun tengan la oportunidad de hacerlo. Sé que tras esta reflexión hay una ideología, pero respetemos a todas las familias porque es la sociedad que tenemos.

No todo el mundo vive en el Goiherri.

Efectivamente. Respetemos sí, pero aseguremos que quienes vayan al modelo A tengan la capacidad de decir: Ni Miren naiz, donostiarra naiz eta unibertsitatean lan egiten dut, cosa que no está garantizado que sepan decir todos. Lo importante es establecer un objetivo mínimo de euskera para todos los modelos que habrá que consensuar, los medios para lograrlo y algo que sí compartimos con España, mejorar la enseñanza de las lenguas. Y es que para quienes acuden al modelo A el euskera no deja de ser como una lengua extranjera.

¿Cómo se puede corregir el hecho de que quienes saben euskera no lo usen en su día a día?

Más de la mitad de los jóvenes bilingües, por primera vez en nuestra historia, han adquirido el euskera en la escuela pero no tienen oportunidad de usarla más allá de sus muros. Por eso es muy importante hacer un estudio tranquilo y profundo para conseguir fomentar las habilidades comunicativas y el uso oral del euskera fuera del ámbito escolar.