BARCELONA. Según ha informado el cuerpo policial, han detenido al anticuario y a dos mujeres y han intervenido 23 pistolas, 16 revólveres, seis granadas de mano, 20 fusiles, cuatro escopetas, un rifle, 15 espadas, 73 bayonetas, 14 espadines, siete sables, 43 navajas y 19 machetes.
El detenido, que no tenía licencia, acudía a ferias de antigüedades de toda España en una furgoneta cargada con todo tipo de objetos, pero que en los laterales tenía un escondite donde llevaba las armas, y fue interceptado cuando tenía previsto irse a la Feria de Antigüedades de Bilbao.
En rueda de prensa, el inspector jefe de la comisaría de Tortosa, Juan Carlos Cerón, ha explicado que de las seis granadas intervenidas, dos de ellas tenían el fulminante y la carga "en perfecto estado para su uso", pero al ser antiguas los mecanismos de retención de la detonación estaban dañados, lo que suponía un grave peligro.
"En cualquier momento hubieran podido explotar", ha advertido Cerón, que ha informado de que las dos han sido destruidas por la unidad Tedax, y que estas granadas eran de la Guerra Civil, mientras que las otras cuatro eran de la II Guerra Mundial.
El inspector jefe de la comisaría de Mataró (Barcelona), Félix Riesco, ha asegurado que las armas se las quedaban coleccionistas y no descartan que puedan haber llegado a manos de delincuentes, especialmente las armas de fuego cortas.
De hecho, el detenido tenía en su casa-almacén un zulo donde guardaba las armas al que se accedía retirando un cuadro, y no tomaba "ninguna medida de seguridad" para garantizar que no se produjeran accidentes o que no pudieran ser sustraídas por delincuentes, según Cerón.
Las otras dos detenidas son la actual pareja del anticuario y su anterior mujer, de origen suizo, que eran conocedoras de la compraventa de armas y le acompañaban en sus desplazamientos, y de hecho, sospechan que la primera mujer podía ser la conseguidora de las armas porque más del 90% proceden de Suiza. DE 2.000 A 4.000 EUROS
Muchas de las armas han sido "restauradas" por el detenido tras ser adquiridas a coleccionistas, y se han modificado para poder usarlas, y el coste iba de los 2.000 a los 4.000 euros, aunque algunas intervenciones eran muy malas, ha indicado Riesco.
El detenido llevaba 10 ó 15 años dedicándose a las antigüedades y era muy conocido en el sector, dedicándose especialmente a la venta de armas blancas, objetos militares, insignias, prismáticos y otros utensilios, además de todo el armamento ilícito.
En el registro de su casa se le intervinieron 19.000 euros en metálico, una placa de la Guardia Civil con el que se hacía pasar por agente, además de 2.000 cartuchos de varios calibres, además de las 242 armas.
La investigación se inició a mediados de noviembre y ha sido realizada por la Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Mataró en colaboración con la Brigada Local de la Policía Judicial de Tortosa.