Amurrio. Cuando la directora y los tutores de la ikastola Etxaurren de Ayala aceptaron en mayo de 2011 la propuesta de un profesor de fotografía local de impartir en el centro un taller sobre cámara oscura, mediante la curiosa y reciente técnica de la solarigrafía, seguro que no calcularon el éxito que iba a tener una iniciativa que, en principio, iba destinada a fomentar la creación artística mediante la participación en actividades fotográficas en 36 alumnos de quinto y sexto de Primaria, así como en dos de sus profesores.

No obstante, así ha sido, ya que el resultado de todo un largo año de trabajo ha sobrepasado los muros del centro educativo y también podrá verse, del 12 de diciembre al 11 de enero en la sala de exposiciones de La Casona de Amurrio, así como del 8 de marzo al 12 de abril en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria.

El motivo hay que buscarlo en las "impresionantes" imágenes obtenidas en este proyecto, ya que muestran el viaje que realizó el sol, de mayo a noviembre de 2011, por paisajes de todo el Valle de Ayala, y gracias a unas rudimentarias cámaras fotográficas -denominadas estenopeicas- fabricadas en latas de refresco. De este tipo de cámaras ya escribieron en el año 500 antes de Cristo griegos como Aristóteles y Euclides, aunque la primera de ellas fue inventada en el siglo X por el matemático, astrónomo y físico iraquí Ibn al-Haytham, que también fue el artífice de la primera cámara oscura. Ese instrumento óptico -consistente en una caja cerrada con papel fotográfico y un pequeño agujero- que permite obtener una proyección plana de una imagen externa sobre la zona interior de su superficie y que constituyó uno de los dispositivos ancestrales que condujeron al desarrollo de la fotografía. Pues bien, el alumnado de la ikastola Etxaurren, guiado por el fotógrafo Josu Zaldibar, fabricó 38 de estas cámaras, cargadas con papel fotosensible en blanco y negro, de tal modo que las imágenes aparecieran sin necesidad de ser procesadas químicamente, aunque para conseguirlas iban a ser necesarias largas exposiciones de tiempo; concretamente, seis meses.

Huella del sol Y es que no se trataba de captar instantáneas, sino solarigrafías o lo que es lo mismo: la imagen que registra la huella del sol en su movimiento aparente sobre la bóveda celeste. Una técnica que nació a finales del año 2000 en Szczecin (Polonia), promoviendo la participación de artistas fotógrafos y de cualquier otra iniciativa individual interesada en la fotografía estenopeica y en el movimiento de los cuerpos celestes, y gracias a la que se fotografía el paisaje, la luz y el movimiento de los astros, proporcionando información sobre la atmósfera para cada latitud del planeta. "Las solarigrafías se producen sobre el papel fotosensible por ennegrecimiento directo, formando una imagen negativa. El papel es escaneado y procesado digitalmente con un programa de tratamiento de imágenes, para crear un archivo digital. El negativo original permanece sensible a la luz y sólo puede ser visto en condiciones de luz controlada", explica Josu Zaldibar, profesor responsable.

Teniendo muy en cuenta todas estas instrucciones, los escolares ayaleses instalaron las cámaras fabricadas en la ikastola en diversos puntos del valle y volvieron a por ellas seis meses después. En enero de 2012 dio inicio el trabajo de escaneado y edición de las fotografías, y el resultado fue presentado a la presidenta del AMPA, la directora del centro y los tutores de los alumnos implicados en el proyecto. Al ver las solarigrafías obtenidas, nadie dudó: había que exponerlas en el centro. "La muestra se llevó a cabo en mayo y junio, y cosechó tal éxito que se decidió llevarla a otros lugares", explica Zaldibar. Dicho y hecho, las 35 trayectorias solares por rincones de todo el Valle de Ayala, fruto de este taller escolar, llegarán a Amurrio el miércoles y, en marzo, viajarán a la capital alavesa.