Vitoria. La Policía Local detuvo el pasado lunes en un bar del barrio de Zabalgana a un hombre de 39 años que portaba billetes falsos por valor de 7.420 euros y efectos utilizados habitualmente para cometer estafas a través del método de los billetes tintados o wash-wash, también conocido como el timo de la estampita nigeriana.
Los agentes informaron de que el arresto se produjo cuando una ciudadana que se encontraba en el citado establecimiento se percató de que le habían robado el móvil, por lo que solicitó la presencia de una patrulla. En el momento del posible hurto sólo se encontraban en el bar la clienta y otras dos personas, una de las cuales había abandonado el establecimiento. Los agentes procedieron a identificar y a registrar al individuo que todavía permanecía en el bar con la intención de recuperar el móvil, pero esta persona no llevaba encima el teléfono.
En el registro de su bolso, la Policía encontró tres billetes falsos con valor facial de 500 euros, así como una gran cantidad de láminas de papel con marcas de agua que, examinadas al trasluz, presentaban relieves de diversas tonalidades que asemejaban las dimensiones y apariencia de diferentes billetes de curso legal. Además, se le ocupó un sobre con un compartimiento oculto y otro con un polvo blanco que, previsiblemente, pretendía utilizar para hacer creer a las posibles víctimas que las láminas que parecían billetes se convertían en dinero de apariencia legal en contacto con el polvo blanco reactivo.
El total del papel incautado con apariencia de billetes para cometer la estafa daría un total de 7.420 euros. El detenido, que se encuentra en situación administrativa irregular, fue puesto a disposición judicial en la mañana del martes. Por su parte, el individuo que abandonó el bar antes de que llegara la Policía, compañero del detenido, fue quien se adueñó del teléfono móvil. Esta persona fue identificada y devolvió el teléfono, que ya ha sido entregado a su propietaria.
Timos de toda la vida Lo cierto es que en la capital alavesa no faltan delincuentes que recurren a este tipo de engaños para sacar algo de dinero aprovechándose de la buena voluntad o de la ingenuidad de la gente. Los métodos clásicos de estafa no fallan, y prueba de ello es que siguen utilizándose sin descaro. En el wash-wash, la estafa que realizaba el varón detenido el lunes, se emplean una serie de billetes presuntamente tintados para evitar el control en las aduanas. Los timadores dicen tener productos para lavarlos y recuperar su uso. Lo malo es que consumada la transacción, los papelitos negros no cambian de color por mucho que uno se empeñe, ya que en realidad no son billetes.
El tocomocho, por su parte, primo-hermano de la estampita, aunque parezca mentira sigue haciendo estragos sin sufrir apenas modificaciones. Uno de los timos más conocidos de la España de posguerra vuelve a estar presente en la calle. Una persona aborda al viandante con un billete de lotería supuestamente premiado y le convence de que no sabe cómo cobrarlo. Existe otra variante también en la que el estafador desconoce el procedimiento para ingresar o donar una cantidad y le ofrece a la víctima venderle el boleto por menos dinero del que corresponde al supuesto premio.