DONOSTIA. Según el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, los hechos sucedieron sobre las 18:00 horas del 26 de octubre de 2010, cuando el matrimonio, que tenía un bebé de tres meses, comenzó una discusión porque ella "había estado esa tarde con el hermano del acusado".
Durante la disputa, el hombre cogió un cuchillo de cocina de quince centímetros de filo con el que presuntamente amenazó a su víctima, se lo puso en el cuello y le hizo un pequeño corte por el que comenzó a sangrar, pero el niño que se encontraba en otra habitación empezó a llorar, y el imputado permitió a la mujer abandonar la estancia para que acudiera con el pequeño.
Al llegar a la sala, la agredida se percató de que sangraba del cuello, por lo que cogió su móvil para llamar a su madre, instante en el que el procesado se lo quitó y lo lanzó al suelo.
Posteriormente, la chica volvió a intentar llamar por teléfono, instante en el que el hombre recuperó el cuchillo y presuntamente se lo clavó "reiteradamente en diversas partes del cuerpo" como la cabeza, el cuello, la cara y el hombro "con ánimo de darle muerte".
La agredida comenzó a sangrar profusamente, mientras el acusado le decía: "te voy a matar, te quiero tanto que te voy a matar y luego me mato yo".
Sobre las 18:45 horas, dos patrullas de la Ertzaintza irrumpieron en el domicilio, alertadas por un vecino que había escuchado los gritos de la víctima. Mientras era detenido, el procesado, que "se resistió activamente" a su arresto", dijo a los policías que ella "le había puesto los cuernos". "Me queda un año de vida, me da igual matarla, se merece morir", añadió.
A consecuencia de esta agresión, la mujer sufrió dos heridas en la hemicara izquierda, otra más en la región laterocervical anterior izquierda, así como lesiones incisas a nivel retroaruricular izquierda con posible afectación a planos profundos, otra más en el hombro izquierdo y una última "a nivel pre-eternal".
El texto de la Fiscalía aclara que estas lesiones se produjeron en zonas en las que se localizan "grandes vasos" sanguíneos que "no están a gran profundidad y que sólo están protegidos por piel, tejido subcutáneo y musculatura, fácilmente lesionables con un cuchillo".
"Una mayor profundidad de las heridas pudo haber lesionado esos grandes vasos y hubiera podido ocasionar una consiguiente gran hemorragia", concreta el documento.
A raíz de la agresión, la mujer tuvo que ser ingresada en el Hospital Donostia y tardó 21 días en recuperarse, 14 de los cuales estuvo impedida para sus ocupaciones habituales.
El escrito precisa que el encausado presenta "un trastorno no especificado de la personalidad y consumo ocasional de tóxicos", si bien sus "capacidades de conocer y querer" se encontraban "conservadas" en el momento de los hechos.
El documento del Ministerio Público concreta asimismo que, "en el plano psicológico, se aprecia en el acusado un perfil de alto riesgo en relación con la violencia sobre la mujer".
La Fiscalía considera estos hechos constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa con la agravante de parentesco por el que reclama nueve años de reclusión para el procesado y que no pueda acercarse a su víctima ni comunicarse con ella durante otros veinte años.
Asimismo demanda que indemnice a la perjudicada con 18.538 euros por los días en que tardó en recuperarse, las secuelas y el daño moral causados.