Vitoria. Cada vez son más los jóvenes que se dejan caer en el círculo vicioso de los juegos de azar, arrastrando consigo graves problemas de ludopatía. Y lo que es más grave, cada vez se inician antes en este tipo de prácticas peligrosas gracias a la facilidad de acceso que proporciona Internet y la gran aceptación social que tienen las apuestas deportivas. El problema es una realidad también en la capital alavesa.
Aunque no hay datos actualizados sobre este tema, el II Plan Joven Municipal del Ayuntamiento de Vitoria recoge realidades alarmantes en función de algunos estudios que se han llevado a cabo en la Comunidad Autónoma Vasca. Entre ellos, que cerca del 40% de las personas con problemas de juego tiene entre 18 y 30 años, aunque sólo un 18% de los que acuden a tratamiento se encuentra en este tramo de edad. Así lo confirman también las asociaciones de ludopatía, que aseguran que las personas que reciben terapia son cada vez más jóvenes. De hecho, en los últimos tiempos se ha observado un incremento de ludópatas menores de 18 años.
En este sentido, el informe destaca que la adolescencia es un periodo crítico de cara al futuro, ya que la mayoría de las personas con problemas de ludopatía comienzan a jugar antes de los 20 años. Entre este colectivo, la adicción a los videojuegos cobra cada vez más presencia y, de hecho, los expertos la consideran una forma de ludopatía tan grave y autodestructiva como otras adicciones relacionadas con el juego. Los diferentes estudios realizados al respecto señalan que entre un 1,6% y un 2,8% de los menores de edad son potenciales jugadores patológicos, llegando a la tasa de jugadores en riesgo a un 5,3%. Entre las características de riesgo tipo se señalan ser varón, comenzar a jugar hacia los ocho años, tener experiencias positivas, considerar que interviene la habilidad o tener padres con problemas de juego. Aunque no está clara la incidencia del uso de videojuegos en el posterior uso de máquinas recreativas con premio, sí se observa que los jóvenes afectados invierten su tiempo libre en jugar con las consolas.
Pero la facilidad de acceso a Internet ha traído consigo otro tipo de adicciones al juego entre menores igualmente peligrosas: la apuestas que utilizan las nuevas tecnologías como medio. Hay varios factores que explican este boom, entre ellas, su facilidad de acceso. Una cuenta de correo electrónico que no guarde relación con el nombre propio basta para que se abra un amplio abanico de posibilidades de juegos on line. Los portales dedicados al ciberjuego aprovechan esta circunstancia para atraer usuarios mediante invitaciones gratuitas o sugerentes ofertas a través de distintos banners, pop ups y anuncios de todo tipo que incitan a apostar. Al mismo tiempo, comienza a haber una aceptación social al respecto, fomentada por la publicidad de casas de apuestas on line que utilizan como reclamo importantes equipos de fútbol. Tampoco la legislación vigente es capaz de poner freno a la captación de menores. La falta de regulación hace que este tipo de juegos sean alegales, lo que hace que se cree una contradicción: no están permitidos pero se puede hacer publicidad. Otro problema identificado es el libre acceso de los menores a cybercafés, locutorios o salas de juego con ordenadores conectados a la Red, en los que no existe control ni limitación de contenidos.
En vista de todo ello, las asociaciones que luchan contra la ludopatía están constatando cómo Internet se está convirtiendo, al igual que los videojuegos, en un medio para enganchar a menores al juego. Así lo ha venido recordando durante este último año este colectivo que ayer celebró el Día Mundial sin Juegos de Azar.