Lo de ayer fue otro renacer. El enésimo en materia de transporte de viajeros desde el aeropuerto de Foronda. Y otro clavo al que agarrarse para tratar de sortear la tortuosa senda hacia la desaparición impuesta a la terminal gasteiztarra por el Gobierno central del Partido Popular (PP). El caso es que propios y extraños tuvieron que restregarse ayer los ojos, por lo mañanero de la partida y, lógicamente, por lo inesperado de descubrir pasajeros y actividad en la instalación. Partía el primer avión con destino a Barcelona de la compañía Helitt y, como todo en los estrenos, hubo que improvisar sobre la marcha, que el desuso y la falta de costumbre parecen haber atrofiado la capacidad de los alaveses para manejarse en un aeródromo, aunque éste sea el suyo.

Sea como fuere, la nueva ruta entre las dos capitales nace con vocación de continuidad y sólo los condicionantes quitarán o darán razones, como ya pasara con otros renaceres propuestos por, ejemplo, por Ryanair, tan alabados entonces por el Ejecutivo foral de turno, también en manos del PP, como el actual, y tan denostados tras la escapada de la compañía irlandesa.

Hasta salir de dudas, la de ayer ya es una jornada histórica que contó, como en las historias con vocación de incluir loas a la gestión política, la presencia de personalidades de la talla del diputado general alavés, el popular Javier de Andrés. Éste, como el resto del pasaje, procedió a facturar billete y equipaje y a tomar asiento en la aeronave que, como en los buenos inicios, no dejó correr las manecillas del reloj mucho más allá de la hora prefijada para despegar.

El revuelo desde las 6.30 horas en la terminal alavesa daba una señal clara y nítida sobre la peculiaridad que vivía el aeropuerto. Tras la decisión del Ministerio de Fomento de reducir la capacidad de la instalación a 12 horas al día y de lunes a viernes, el gentío de ayer se convirtió en una anécdota que daba pie a ilusionarse de nuevo pensando en una posible salida para Foronda. Sin embargo, aún son muchas las dudas que hacen que las ilusiones se limiten ante la efectividad de una realidad muy negra. Pero ésa es otra historia.

Uno a uno, los pasajeros cumplimentaron los trámites que requieren estas situaciones y accedieron al primer avión dispuesto por la malagueña Helitt para cubrir la ruta entre Gasteiz y Barcelona. La aeronave pasará a la particular historia aérea de los alaveses, como también lo hará el código del vuelo: el HTH5606 (HTH es el código de la compañía, y 5.606 es el número de vuelo asignado por la citada compañía).

Puntualidad suiza El despegue tuvo lugar a las 7.16 horas, y sirvió para recordar al pasaje sensaciones ya olvidadas. No en vano, los vuelos regulares de viajeros se habían convertido en una rara avis en la terminal gasteiztarra, que se ha tenido que acostumbrar a convivir con las malas noticias sobre su futuro. Ayer, sin ir más lejos, una representación de los trabajadores de Foronda quiso recordar que el Ejecutivo central del PP planea un ERE que dejará la plantilla de la terminal como un reflejo minúsculo de lo que es en la actualidad -de 139 trabajadores se quiere dejar en 26-. Así que allí que se plantaron con una pancarta en la que se podía leer un lema conciso: Instituciones públicas, implicación.

Sea como fuere lo cierto es que la tripulación procedió con pericia y logró que el avión ATR72-202, matriculado como EC-LNP, que está en posesión de Helitt desde agosto de 2011, aterrizara a las 8.16 horas en El Prat. Es decir, justo una hora después de abandonar suelo gasteiztarra y 24 minutos antes de lo previsto en los planes de vuelo. Para lograr tal hazaña, la aeronave voló en una ruta a 20.000 pies de altura -6.092 metros- a través de la ruta PPN G23 GRAUS, a una velocidad de 278 nudos (unos 515 kilómetros por hora de travesía). Para realizar ese primer vuelo, Helitt posicionó el avión EC-LNP en Vitoria a las 6.22 horas en vuelo HTH002P procedente de Málaga. A la noche, tenía prevista la llegada desde la ciudad condal a las 22.25 horas en el mismo avión.

Por el momento, la aerolínea operará con destino a la ciudad condal y lo hará todos los días de la semana en un vuelo de 90 minutos de duración, cuyo regreso será a las 21.00 horas desde El Prat, para llegar a Foronda a las 22.30 horas. El avión elegido, un turbohélice, tiene una capacidad máxima de 66 plazas En total, Helitt ha vendido ya más de 3.000 billetes para la ruta Vitoria-Barcelona, y espera llegar al 50% de ocupación en el primer mes de operaciones.

La compañía se muestra satisfecha con la acogida que ha tenido su oferta, pero espera aumentar la venta de pasajes en los próximos meses. En este sentido, se ha marcado como objetivo llegar a una ocupación del 75% y, de hacerlo, anuncia que estudiará no sólo incrementar la frecuencia de vuelos sino ofertar otro tipo de destinos.