"La Reserva es un 'Label', una etiqueta de calidad ambiental"

La condición necesaria, aunque no suficiente, es que haya un territorio con un alto nivel de conservación ambiental, o un patrimonio natural importante, pero la figura de Reserva no busca simplemente proteger como si fuera un Parque Nacional intacto, sino que busca preservarlo sobre la base de una buena integración de las poblaciones que viven en su entorno, de manera que sean ellas mismas las que colaboren en preservar ese espacio. La parte de alto valor natural de la Reserva acaba como zona núcleo de la misma, pero luego hay una zona de desarrollo en la que están presentes también las poblaciones, que interaccionan con ese núcleo. La zona de desarrollo no puede promover cualquier tipo de desarrollo, sino que se busca un plan de ordenación territorial que compatibilice la preservación del núcleo con actividades muchas veces relacionadas con ese propio valor ambiental. La idea es que los habitantes de la zona se beneficien de la preservación del espacio natural, no se favorecen grandes inversiones externas que vengan a extraer recursos de la zona, sino que las actividades que se desarrollen sean del interés de quienes viven en la zona.

¿Se trata de evitar que un espacio valioso se degrade o de revertir una degradación ya existente?

Un poco las dos cosas. Por un lado debe haber un patrimonio natural en buen estado, la reserva es un Label, una etiqueta de calidad ambiental del territorio. Se debería negociar que, en la medida en que las administraciones tienen poder para establecer planes de ordenación territorial y urbanística que afecten a ese patrimonio, se sientan en la obligación moral de hacer planes coherentes con el Label de calidad, con el cartelito con el que Unesco dota a ese territorio. Esta organización puede con el tiempo retirar ese Label si realmente al final el espacio no lo merece, si no se cumplen esos compromisos, como ocurre en bastantes sitios, que han conseguido el Label para hacer propaganda del turismo rural en la zona.

De hecho, cuando usted estaba en el comité español, denunciaron los ataques que estaba sufriendo la Reserva de la Biosfera de Ordesa.

Eso acabó en una amenaza, y por eso me han quitado del comité. El Gobierno de Aragón no reaccionaba, y no sólo por la invasión de la Reserva de la Biosfera y de las zonas ampliables, sin previa consulta, no sólo por eso, sino porque en el resto de la reserva ni siquiera se habían planificado todas las recomendaciones que llevábamos años haciéndole para que se tomara la cosa en serio. Hubo una recomendación del comité científico para que París -sede de la Unesco en Europa- amenazara con la retirada del Label.

En el caso del Zadorra hay una serie de puntos negros incompatibles con una relación amable entre el ser humano y la naturaleza. ¿Qué se debería hacer al respecto?

Cuando una institución como la Diputación hace esta solicitud tendría que justificar con un informe técnico la valoración de lo que se quiere proteger, los puntos críticos, las debilidades o impactos que existan, así como las medidas para que sean reversibles y recuperarse dentro del plan correspondiente. También se debe explicar cómo esa zona valiosa se va a preservar de cara al futuro, con una planificación territorial y urbanística adecuada.