Vitoria. La creación de guetos en los centros escolares de la capital alavesa es desde hace años un hecho que preocupa a la comunidad educativa. Sin embargo, ningún gobierno se ha atrevido hasta el momento a actuar. Lejos quedan las promesas de consejeros de Educación que aseguraron que establecerían ratios en los colegios e institutos con el fin de lograr una distribución equitativa de este colectivo, que representa prácticamente una décima parte del alumnado, bajo el convencimiento de que una concentración excesiva afecta al rendimiento de los estudiantes.

Afortunadamente, y pese a la inacción de las instituciones, el problema podría solucionarse por sí solo si en el futuro continúa la tendencia detectada este curso, en el que prácticamente la totalidad de los estudiantes nacidos fuera del Estado que accedían por primera vez a la escuela ha elegido un modelo bilingüe. Concretamente, 20 de los 34 alumnos matriculados en un aula de dos años en Álava lo ha hecho en el modelo D, es decir, íntegramente en euskera, mientras que 11 han optado por el B. Por el contrario, tan sólo tres familias han preferido escolarizar a su hijo en el modelo A -en castellano-, que es precisamente donde tradicionalmente se han ido acumulando los estudiantes extranjeros.

Los padres y madres, por lo tanto, quieren que sus hijos aprendan no sólo castellano, sino también euskera, conscientes de que no hacerlo les puede limitar el presente y el futuro. Cierto es también que su elección no siempre viene motivada por un cambio de mentalidad, sino por el hecho de que optar por un modelo bilingüe implica mayores facilidades, ya que la escolarización en el modelo A supone, en ocasiones, tener que acudir a un centro escolar más alejado de sus casas, puesto que la oferta es más reducida.

Sea como fuere, lo cierto es que en las edades más tempranas la apuesta por la enseñanza bilingüe coge cada vez mayor peso. De hecho, la demanda de los modelos B y D no sólo es mayoritaria en la Educación Infantil, sino también en Primaria. En concreto, en la red pública, ni un solo inmigrante que cursa primero lo está haciendo en el modelo A, mientras que en los centros de la red concertada ha habido nada más que una solicitud, si bien las cifras pueden variar ya que es frecuente que los alumnos llegados de fuera se incorporen en pleno curso a la escuela. En Educación Secundaria, por su parte, la tendencia aún no se ha roto, ya que todavía los estudiantes extranjeros siguen demandando una enseñanza sólo en castellano.

De seguir así, Álava, y más concretamente Vitoria, podría empezar a enmendar por sí misma uno de los problemas que más quebraderos de cabeza ha traído a los responsables en materia de Educación: cómo evitar la concentración de inmigrantes en los centros educativos. En la actualidad es precisamente la capital alavesa la ciudad vasca en la que escuelas e institutos padecen de una mayor concentración. Se calcula que hay al menos seis centros educativos en los que el número total de estudiantes inmigrantes supera al de autóctonos. Todos ellos pertenecen a la red pública, ya que la concertada sigue sin asumir la escolarización de este colectivo, al menos en Infantil y Primaria.

Estudio revelador A lo largo de todo este tiempo la guetización de las aulas ha venido de la mano de un debate acerca de en qué medida puede afectar al rendimiento de la clase. Pues bien. Un reciente estudio elaborado por el Departamento vasco de Educación revela que la concentración de estudiantes extranjeros sí repercute negativamente en sus resultados, pero no en los de sus compañeros, es decir, en los del alumnado autóctono.

El Ejecutivo vasco estudió en la última Evaluación Diagnóstica llevada a cabo en los centros educativos el comportamiento de este colectivo dentro del sistema educativo por tener cada vez mayor peso. No en vano, en Primaria representa ya el 6,7% del alumnado y el 8,3% en Secundaria. Las diferencias son significativas en todas las competencias analizadas: euskera, castellano, matemática e inglés. Y éstas se producen cuando la concentración de estudiantes nacidos fuera del Estado supera el 20%. De hecho, cuanto mayor es la tasa de extranjeros por aula, peores son sus notas.