Vitoria. Por fin, después de semanas de trabajo pausado, el equipo de gobierno de la capital alavesa está a un paso de conocer qué modelo de Policía Municipal necesita esta ciudad. El proceso abierto para recoger las propuestas de particulares, asociaciones de todo tipo y de los propios agentes ha concluido y llegará hoy a las manos de los responsables del equipo del PP, formación que gobierna el Consistorio en una minoría incómoda.
El acto de entrega de las conclusiones del citado proceso participativo tendrá lugar en el Palacio Europa a partir de las 19.00 horas. En total, la concejal responsable de la Guardia Urbana, Marian Castellanos, contará a partir de ese momento con las ideas materializadas en más de un centenar de propuestas ideadas al respecto para evolucionar la imagen del cuerpo policial hasta situarlo en medio de otro modelo de Guardia Urbana. ¿Cuál será ése? Quizás, aún es pronto para saberlo, aunque desde el Ejecutivo popular se ha insistido por activa y por pasiva en la necesidad de contar con una Policía Municipal de proximidad, que luzca en las calles.
Según desvelaron ayer fuentes del Ayuntamiento de Vitoria, en total han tomado parte 230 personas en el proceso de participación ciudadana abierto. Entre todos ellos, a título individual o a través de asociaciones y colectivos, se han recibido más de 100 propuestas concretas. Ahora toca valorarlas y discernir cuáles son útiles para lograr el modelo policial que se pretende.
Así, el proceso participativo de la Policía Local abrirá ahora su cuarta fase, en la que la concejal de Seguridad Ciudadana deberá analizar, junto al personal técnico del servicio del cuerpo de seguridad, las conclusiones de este trabajo, con el fin de incluir las propuestas de mejora dentro del nuevo modelo de Policía que impulsa el gobierno municipal de Vitoria.
El acto de hoy se cerrará con una conferencia a cargo del catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona Joan Subirats, bajo el título Seguridad Pública y Participación Ciudadana. Una charla en la que se abordarán aspectos como la importancia de la Policía Municipal en la organización de la sociedad, la relación entre las políticas de seguridad y otras políticas del ámbito local o las experiencias europeas en políticas de seguridad, entre otros asuntos.
En otro orden de cosas, la Policía Municipal informó ayer de la puesta en marcha de un nuevo plan para la mejora de la seguridad vial. El mismo consistirá en una campaña especial de control, que comenzó ayer y que concluirá el próximo día 7, y que pretende reducir el número de infracciones que se producen por el exceso de velocidad de muchos vehículos en los viales de la capital alavesa.
Según especificaron fuentes de la propia Guardia Urbana consultadas por este rotativo, los objetivos específicos de esta iniciativa se centrarán en controlar la velocidad de automóviles y de ciclomotores por las vías del casco urbano. La idea pasa por usar los controles como medida coercitiva con la que amedrentar a los conductores díscolos para así forzar a la reducción de las velocidades medias. También se pretende detectar y corregir las infracciones que se observen en esta materia, poniendo a disposición de la autoridad judicial a todos aquellos conductores que circulen por encima de 115 kilómetros por hora.
La campaña se enmarca dentro de las acciones de vigilancia y control contempladas en el Plan Estratégico de Seguridad Vial 2010-2014 que tiene como objetivo básico garantizar la Seguridad Vial reduciendo la siniestralidad y la lesividad asociada a la misma en las vías públicas de Euskadi.
Rotura de cristalera Por último, la Ertzaintza detuvo en la madrugada del pasado domingo a un joven de 18 años de edad, junto con un menor de 16, por causar daños en la luna de un local de hostelería. Al parecer, los hechos sucedieron sobre las 5.00 horas. Entonces, la Policía autonómica fue alertada de que tres jóvenes habían fracturado con una botella un cristal de un bar ubicado en la calle Zapatería y que habían salido huyendo hacia la Virgen Blanca. Según la información aportada por varios particulares, éstos habían causado molestias en el establecimiento y habían arrojado distintos objetos, llegando a increpar a los clientes que se encontraban allí. Al parecer, también habían amenazado a otro varón con una botella rota.
Una patrulla interceptó a los supuestos implicados en la calle Becerro Bengoa. Dos de ellos, que no portaban ningún tipo de documentación, fueron detenidos y otro joven de 19 años imputado por su participación en los hechos. El cristal fracturado tenía unas dimensiones de dos por un metro.