Donostia. Una joven que padece problemas mentales protagonizó ayer un dramático suceso que puso en vilo durante cerca de una hora a la población donostiarra después de que secuestrara a una recién nacida mientras sus padres dormían en una habitación del edificio materno-infantil del Hospital Donostia. El bebé, que se encuentra en perfecto estado de salud, descansa ya con su familia mientras la chica fue detenida por agentes de la Policía Municipal.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 6.30 horas, cuando la mujer se dirigió a una habitación del edificio materno-infantil de este complejo sanitario donostiarra, donde procedió a llevarse a la recién nacida. La joven abandonó seguidamente el edificio sin que nadie la parara y tomó un taxi que la llevó hasta el barrio de Herrera.

El Departamento de Sanidad manifestó, horas después de conocerse este suceso, que la secuestradora, que ha ingresado en diversas ocasiones en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Donostia, entró en la habitación en el momento en que los padres del bebé dormían manifestando a los allí presentes que era familiar de la madre, concretamente su hermana, y que debía llevárselo para una revisión médica.

Fuentes del Departamento que dirige Rafael Bengoa indicaron que la sospecha de su actitud por parte de los profesionales, así como el funcionamiento del control y cámaras de seguridad del centro "permitieron identificar a la autora de los hechos y, en coordinación con la Ertzaintza y la Policía Local, localizarla en menos de una hora". El consejero vasco de Sanidad, aseguró, en este sentido, que "no han fallado los sistemas de seguridad del Hospital Donostia. Este robo podría haberse producido en la calle, en un bar, o dónde sea".

Así las cosas, Bengoa descartó que se vaya a abrir una investigación para determinar si fallaron los protocolos de seguridad del hospital al defender que "el proceso de seguridad interna y externa ha funcionado". El consejero señaló que la presunta ladrona llevaba "unos días dando vueltas" por el hospital y que días antes ya se le había pedido desde el centro que lo abandonase y no regresase al mismo.

El taxista que trasladó a la secuestradora y al bebé relató que las recogió hacia las 6.30 horas cerca del hospital Donostia y que recibió por radio la alerta de que se había raptado a un recién nacido cuando ambas se encontraban en su vehículo. La mujer, "que tenía un aspecto totalmente normal", -tal y como describió el taxista-, pidió ir hacia el apeadero de Martutene, pero una vez en marcha en esa dirección la clienta cambió de opinión y rogó que la dejara en Altza. "Después me ha pedido que fuera a Pasai Antxo", agregó el taxista, al que estos cambios, y el hecho de que le preguntara si podía encender un cigarrillo le despertaron alguna sospecha, pero a los que no dio mayor importancia, ya que la mujer "parecía que era la madre" del bebé, al que trató bien en todo momento: "Le llamaba Erika y decía que le iba a poner los pendientes", dijo el taxista.

Sin embargo, cuando llegaron al barrio de Herrera, el taxista recibió el aviso desde la central de taxis de que una chica, de la que dieron su descripción, había robado un niño del Hospital Donostia. "Al leerlo en voz alta, la pasajera, sin perder los nervios, dijo: "¡Para, para! ¡que vivo aquí!" y el conductor detuvo el vehículo junto a un bar en los aledaños del apeadero de Renfe, donde la mujer le pidió que le esperara para cobrar la carrera, aunque no regresó. Desde ahí la mujer se trasladó probablemente andando hasta el Ayuntamiento de Donostia, donde fue detenida por agentes de la Policía Municipal, a los que pidió comida y ropa.