Vitoria. Todavía no había salido a la palestra tras la monumental trifulca del pasado martes en la plazuela de Aldabe, en la que dos miembros de la iglesia evangélica Filadelfia fueron arrestados y cerca de 30 personas de etnia gitana heridas durante una carga de la Ertzaintza, pero ayer Maroto lo hizo motu proprio durante su rueda de prensa semanal. El alcalde, que un día antes de este lamentable suceso había prometido "mano dura" contra los bartolos, quiso desvincular el altercado de su velada advertencia al polémico clan gitano, pese a las críticas que ha recibido desde entonces en este sentido. E insistió en que "un delincuente es un delincuente, independientemente de su etnia". "No quiero que nadie tenga la sensación de que meto a todos en el mismo saco. Yo voy a por los delincuentes", zanjó el primer edil vitoriano en un intento de zanjar esta agria polémica.
El colectivo Gao Lacho Drom, por ejemplo, entiende que las palabras pronunciadas por el alcalde la semana pasada pudieron servir como caldo de cultivo para una actuación "brutal y desproporcionada" de la Policía Local y la Ertzaintza, al "equiparar" en cierta medida a todos los gitanos residentes en la ciudad. Y así se lo hicieron saber al alcalde ayer por la tarde durante una reunión.
Maroto, que habló públicamente unas horas antes, alabó a Gao Lacho Drom, un colectivo "que ha llevado una convivencia armónica" en la ciudad durante años y que "tiene las puertas abiertas de este Ayuntamiento", y de nuevo volvió a incidir en sus duras críticas al clan de los bartolos, como ya hizo justo una semana atrás. "Con ellos no me desdigo en ningún momento de lo que dije el otro día. Independientemente de su etnia, han utilizado y se han reído de este Ayuntamiento, acumulando expedientes en el ámbito de lo penal", insistió el alcalde vitoriano.
Maroto incidió después en que el Ayuntamiento será a partir de ahora inflexible con los bartolos, "un colectivo de delincuentes que tienen agotada la paciencia de todos: la mía, la de los vecinos y la de los comerciantes", y volvió a prometer que el Consistorio les "plantará cara" con "la ley en la mano". Concretamente, acompañando gratuitamente a los juzgados a los vecinos que decidan denunciar a los bartolos y ejerciendo de acusación popular.
Cara de perro "Tienen que ver que hemos pasado de reírles las gracias a ponerles cara de perro. Se acabó que haya vecinos que se sientan solos", insistió el alcalde. Maroto recordó que hay "muchos" residentes de la ciudad que no han denunciado a los miembros del clan "por miedo a las represalias". En todo caso, son ya un total de 23 las denuncias interpuestas durante los últimos meses por diferentes vecinos de la ciudad contra los bartolos, según los datos que maneja actualmente el equipo de Gobierno municipal.
De vuelta al suceso del pasado martes, el alcalde rehusó valorar la actuación policial porque, según advirtió, ésta correspondió a la Ertzaintza, que solicitó el refuerzo de la Policía Local para que instalase un cordón de protección y "no hubiese altercados" en la zona, en la que se congregó un número ingente de personas.
"A mí no me gusta que haya altercados, pero me gusta menos que un niño tire piedras a un coche, aunque no sea de los bartolos", censuró Maroto, en alusión al chaval cuya actitud originó la actuación policial. Varios testigos presenciales advirtieron de que fue un cubito de hielo, y no una piedra, lo que impactó contra el vehículo camuflado de la Policía, lo que motivó la intervención de los agentes y el tumulto posterior.
Cuestionado sobre la desproporionalidad de la acción, Maroto defendió que los agentes "actuaron con el protocolo que está establecido" e insistió en que es el Gobierno Vasco quien, en todo caso, debería dar explicaciones sobre el suceso mediante un informe. "Los políticos no estamos para valorar si los agentes actúan bien o no. Ellos saben cuando las cosas se van de las manos o no", advirtió el primer edil vitoriano.