AZPEITIA. El primero en hablar ha sido el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano, de Bildu, que ha hecho un llamamiento por la excarcelación de Iosu Uribetxabarria, recluso enfermo de cáncer.
Garitano ha participado en la recepción de autoridades ante el Ayuntamiento de Azpetia, pero no ha acudido posteriormente a la Basílica de Loyola, donde Munilla ha oficiado la tradicional Eucaristía.
Sí lo ha hecho la consejera vasca de Educación, Isabel Celaá, que se ha desplazado a Azpeitia en representación del Gobierno vasco y ha enviado un mensaje a ETA y a la izquierda abertzale, que el reconocimiento "del daño" causado sería "un paso de gigante" para avanzar.
Tras la reclamación de Garitano para que el Gobierno también dé "pasos decididos y valientes" para "la resolución del conflicto", un portavoz de Etxerat ha exigido, ante más de un centenar de familiares de presos concentrados en el exterior de la Basílica, que se haga "todo lo posible" para que Urubetxabarria sea llevado a su casa y sus familiares tengan "una situación digna".
El representante de Etxerat ha dicho que la enfermedad del preso etarra "ha empeorado" hasta una fase "terminal" y ha denunciado que "no puede ser que todos defiendan los derechos humanos, pero se hagan diferentes niveles entre víctimas".
Ha recalcado que otros trece reclusos de ETA se encuentran en una situación similar a la de Uribetxabarria y ha pedido su puesta en libertad para que "no lleguen a este punto".
Mientras el portavoz de Etxerat hacía estas declaraciones a los periodistas, Munilla iniciaba la misa en honor del patrón de Gipuzkoa y en su homilía hablaba de una crisis económica que no es "como tantas otras que nos han precedido" y que "nos enfrenta con un reto que cuestiona los fundamentos en los que hemos basado nuestro su desarrollo".
Ha dicho que la sociedad en Occidente ha perdido "sus raíces cristianas", ha "invertido" los valores hasta colocar "el tener por encima del ser" y, con ello, se ha encaminado "hacia un consumismo sin límites por las sendas de un despilfarro irracional".
Ha criticado que las administraciones, "de una forma bastante generalizada", han gastado "el dinero que no tenían, endeudando a las instituciones públicas y comprometiendo el futuro de las generaciones venideras".
Ha dicho también que los bancos, cajas de ahorros e instituciones financieras han sustentado "sus escandalosos beneficios anuales sobre unos cimientos de una economía irreal, ficticia e insostenible".
"Los sueldos con los que fueron blindados los consejos de administración han sido inmorales, y siguen siéndolo. Pero no se trata solamente de mirar hacia arriba, pensando que la situación presente es sólo responsabilidad de quienes han llevado las riendas de la economía", ha añadido.
Ha destacado que "es obvio" que de este "pecado todos hemos sido cómplices" porque "también nosotros hemos comprado lo que no necesitábamos, pagando con un dinero que no teníamos, construyendo un modelo de sociedad contraria a los valores del Reino de Dios".
"Tenemos que reconocer que hasta en los niveles más populares se le había otorgado carta de ciudadanía al fraude fiscal", ha dicho Munilla, que ha citado además "a los especuladores que proliferan y han hecho fortuna con la crisis".
Ha advertido de que "las políticas de ahorro se imponen de forma imperiosa" en este momento y ha señalado que las personas atendidas por Caritas Gipuzkoa al año han pasado de 15.000 a 24.000, un número que cree que aumentará de "forma sustancial" con el paro y los "fuertes recortes".
En "este contexto", ha propuesto a quienes "se sientan interpelados por esta situación" y confíen en "la gestión" de Caritas que se "desprendan" de una de sus pagas salariales extra "a favor de los más afectados por la crisis".
Un ejemplo de la crisis es la situación de la empresa Corrugados Azpeitia, cuyos trabajadores se han concentrado hoy ante el Ayuntamiento contra los despidos anunciados y han entregado un escrito a la consejera.