vitoria. El año pasado 4.128 mujeres abortaron en Euskadi y sólo el 3% alegó una malformación del feto para hacerlo, el supuesto que el Gobierno central pretende suprimir. El cambio no pasa de ser una declaración de intenciones, pero las reacciones se han sucedido en cascada en los últimos días. Desde quienes creen que este cambio supondría un retroceso y que abocaría a las mujeres a la clandestinidad, hasta los que opinan que, por primera vez, se posibilitará la vida a todas las personas en igualdad de condiciones". Pero, ¿qué son realmente las malformaciones y en qué circunstancias se producen?

Según informa el Jefe de servicio de Ginecología, Obstetricia y Reproducción Asistida del Hospital Quirón Donostia, Koldo Carbonero, existen dos tipos de malformaciones fetales. La primeras, las orgánicas, se producen cuando el feto presenta duplicidad de órganos o carece de alguno de ellos. Gestarse con dos uréter, la ausencia de un riñón o una mano, por ejemplo, se corresponderían a este extremo, que puede afectar a cualquier mujer embarazada, independientemente de su edad.

En cambio, las alteraciones cromosómicas, el tipo de malformación más habitual en nuestro entorno, sí están relacionadas con la edad de las madres. Cuanto mayor sea la mujer, más probabilidades tendrá el feto de desarrollar una alteración de estas características que puede derivar en síndromes de Down, de Patau o de Edwards.

Al igual que los demás profesionales consultados, al doctor Carbonero le resulta "complicado" opinar sobre la reforma de la Ley del Aborto. Prefiere juzgarlo una vez se dé a conocer oficialmente el cambio, aunque está convencido de que, como experto, no apoyará la reforma. No en vano, considera que el supuesto de malformación del feto era, precisamente, el más aceptado y el que más consenso tenía en la sociedad. "Este supuesto nunca había dado problemas, a diferencia de los casos en los que se alegan problemas psíquicos o físicos para la madre. Ahí sí puede haber diversidad de opiniones", indica. Y lo sabe de primera mano, ya que una de sus principales misiones como ginecólogo es la de detectar esas malformaciones durante el embarazo.

Tal y como informa, durante los nueve meses de gestación se realiza un control exhaustivo mediante cribados, ecografías y amiocentesis con el objetivo de detectar esas posibles malformaciones. Hasta ahora, en el caso de hallarlas, las mujeres han sido libres para decidir si optaban por interrumpir el embarazo o continuar con él.

Según datos aportados por el Gobierno Vasco, el año pasado 128 mujeres abortaron en Euskadi por este motivo, el 3,25% del total de los abortos que se practicaron.

Más allá del supuesto de las malformaciones, casi la totalidad de las interrupciones voluntarias del embarazo que se practicaron el pasado año en Euskadi (94,87%) se realizaron a petición de la mujer a lo largo de las primeras 14 semanas de gestación que contempla la Ley del Aborto. Otro 1,07% alegó enfermedad extremadamente grave en el feto o incompatible con la vida, un 0,73% grave riesgo para la vida de la embarazada y un 0,07%, doble motivo.

Supuesto legal En principio, la reforma de la ley solo eliminará el supuesto de las malformaciones del feto, aunque no serán las únicas novedades. Y es que, según avanzó Gallardón, también se prohibirá que las menores de edad puedan interrumpir el embarazo sin autorización de sus progenitores, tal y como recoge la Ley del Aborto impulsada por el Gobierno de Zapatero. El Ejecutivo popular ya ha anunciado que cambiará la norma en este punto bajo el argumento de que el año 2010 cerca de un 13% de las interrupciones se realizaron en menores de 19 años.

Otra de las novedades que recogerá la normativa es la inclusión de medidas fiscales y laborales para que las madres jóvenes puedan cursar estudios en casa y tener prioridad a la hora de recibir becas.

El año pasado se practicaron en Euskadi 4.128 abortos, la mayoría en las primeras 14 semanas de gestación