vitoria. Para completar la panorámica de las renuncias, es necasario establecer un perfil sociodemográfico de las personas que las protagonizan y analizar las motivaciones que les llevan a rechazar las viviendas protegidas. De acuerdo con el estudio llevado a cabo por el Observatorio Vasco de la Vivienda, órgano dependiente del Gobierno Vasco, la proporción de solteros se destaca, con un 63%, entre los renunciantes a pisos en régimen de alquiler. En el caso de los domicilios en compra, la representación de personas casadas, con un 25%, es superior a la que desiste de alquilar. Por contra, el grupo de divorciados y separados resulta superior en el colectivo de las personas que sí aceptan las viviendas.

Por lo que respecta a los motivos, muchos aducen haberse quedado sin trabajo a la hora de justificar el rechazo. A otros no les convence la ubicación o las características físicas del domicilio que les ha tocado en suerte, también hay a quien le parece elevado el precio -sobre todo en alquileres- y quien reconoce tener problemas para conseguir financiación -razón prioritaria entre los que desisten de la compra-. Entre las familias que han renunciado a una vivienda en compra se identifican más situaciones de temporalidad y de ciudadanos que trabajan por cuenta propia que en el resto de las opciones.

La edad media del renunciante se sitúa en torno a los 41 años en el caso de los arrendamientos y en los 40 años en el de la adquisición. El promedio del conjunto de la población demandante de vivienda protegida que no ha renunciado se cifra también en 41 años. El nivel de ingresos medios de la población que ha renunciado a un piso protegido en compra es superior al de quien rechaza una vivienda en alquiler.