Arkaute. El bienestar animal resulta básico para sacar chispas a los sistemas de producción ganadera. Nunca se obtendrán los mismos resultados de una explotación intensiva, donde las especies sufren problemas de hacinamiento, estrés y, a la larga, salud, que de otra donde éstas disfrutan de unas condiciones ambientales y de alimentación óptimas, sólo por citar dos ejemplos. Bajo esta premisa, un equipo del Instituto vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, ha iniciado un nuevo proyecto que pretende encontrar el equilibrio entre ese deseable confort de los animales y la necesaria rentabilidad del sistema. En definitiva, bienestar al servicio de la calidad. Lo lidera Inma Estévez, investigadora de la Fundación Ikerbasque. Y tiene su base de operaciones en el campus agroalimentario de Arkaute. Allí fue inaugurada ayer oficialmente una granja de investigación en comportamiento y bienestar avícola que cuenta con 1.200 gallinas y gallos -sobre todo de las primeras- como primeros habitantes.
Los trabajos, que arrancaron hace medio año -las aves sólo tienen 13 semanas de vida-, se encaminan a investigar nuevas formas de cuidado que permitan promover la sostenibilidad de los sistemas avícolas y la mejora de su eficiencia con la vista siempre puesta en el confort de los animales. Para ello, fundamental, las jaulas donde habitan cuentan con unas características especiales. Por ley deben ser enriquecidas, dotadas de yacijas, nidales, perchas para poder subir a una altura considerable, baños de arena y, por descontado, una densidad de espacio importante. Estas comodidades influyen en que las gallinas se encuentren más cómodas y pueda controlarse mejor "uno de los principales problemas" con que se encuentran los criadores, según explica Guiomar Liste, investigadora postdoctoral del proyecto. Ése no es otro que el picaje y el canibalismo, que pueden provocar altos niveles de mortalidad en las explotaciones. No obstante, ese espacio físico en el que las gallinas viven y a la larga ponen huevos no sirve por sí solo para evitar los problemas.
El estudio desarrollado en Arkaute intenta poner coto a la agresividad estudiando cuál es el tamaño más adecuado para un grupo de gallinas. "No sabemos en qué número está el punto", advierte Liste, aunque algunos estudios hayan hablado de un máximo de 30 por jaula. Para ello, el equipo ha dispuesto tres tipos distintos de instalaciones, para 10, 20 ó 40 gallinas.
Otro de los factores que influyen en la violencia de las aves con sus compañeras es la denominada apariencia fenotípica, algo parecido a un racismo animal que hace que las especies que físicamente son diferentes del resto sean atacadas con frecuencia. Para investigar sobre este aspecto, el equipo investigador ha teñido de negro la cabeza de algunos ejemplares para estudiar el comportamiento de sus hermanas y delimitar qué elementos influyen en la jerarquización del grupo.
Dentro de la granja, los investigadores cuentan con un potente software y un servidor provisto de un circuito cerrado de cámaras con los que pueden controlar al minuto el comportamiento de los animales. El aviario, de 320 metros cuadrados, dispone también de un sistema automatizado para el control de las condiciones ambientales y de alimentación. Su versatilidad y polivalencia permitirá desarrollar en el futuro una gran diversidad de estudios. Al margen de la puesta de huevos, la producción de carne en pollos, patos o pavos se encuentra ya en el punto de mira -todavía lejano, eso sí- del Instituto de Investigación.
Los resultados de este estudio, que podrán aplicarse a explotaciones profesionales, verán la luz en el plazo aproximado de dos años y medio, según las previsiones de Inma Estévez. "Como dijo Einstein, la investigación es como una novela policiaca, nunca sabes cómo va a acabar", asume la directora del proyecto. Lo que sí tiene claro es que de los resultados que se obtengan podrán surgir posteriormente "nuevos proyectos, experimentos y colaboraciones". Por suerte, el equipo encargado de este estudio ha sorteado los embates de la crisis obteniendo financiación suficiente desde una asociación norteamericana, la Unión Europea y el Gobierno central para llevarlo a cabo con éxito.