Vitoria. Euskadi registró el año pasado 610 denuncias por presuntas negligencias médicas, un 10% más respecto a 2010, según la memoria redactada por la asociación El Defensor del Paciente, que atiende la mayor parte de las quejas en el País Vasco. El Hospital Donostia es el segundo complejo sanitario más denunciado, sólo por detrás de Cruces, y son Traumatología, Ginecología y Cirugía general los servicios que motivan un mayor número de reclamaciones. Por territorios, se elevaron 176 quejas en Gipuzkoa, 350 en Bizkaia y 84 en Álava.

Estas cifras, según precisan desde la asociación, representan una parte de las presuntas actuaciones negligentes, teniendo en cuenta que muchas de ellas no cristalizan en denuncia, bien por desconocimiento del proceso a seguir o por falta de confianza en la justicia.

Traumatología es la especialidad más solicitada por el ciudadano medio, y no es extraño por ello que acabe encabezando el ranking de servicios que acumulan más resquemor. Las actuaciones negligentes son, casi siempre, de naturaleza quirúrgica: cirugías mal practicadas o mal atendidas en el postoperatorio representan el grueso fundamental del conjunto de actuaciones "dudosas".

Cuando llega la denuncia a la asociación, lo primero que se hace es solicitar la historia clínica, que es sometida a estudio por un especialista. Generalmente, el experto proviene de otra ciudad a la que han ocurrido los hechos, con el fin de evitar datos cruzados y las suspicacias que pudiera despertar el conocimiento entre los médicos y el profesional que asume la investigación.

Posteriormente, si se pone de manifiesto que ha mediado una negligencia médica, el primer paso suele ser negociar una solución extrajudicial con quien ha cometido la presunta mala praxis. Otra cosa bien distinta es que el propósito llegue a buen puerto. "Rara vez se consigue que el médico reconozca su error, y a partir de ahí no queda más remedio que presentar la reclamación judicial", reconoce Salvador Asenjo, experto en derecho sanitario y colaborador de la asociación El Defensor del Paciente para el País Vasco y Navarra.

Dejarse unas tijeras en el estómago del paciente es, quizá, uno de esos casos tan llamativos como poco frecuentes. Pero no lo es tanto olvidarse, por ejemplo, una gasa, material que puede llegar a provocar fístulas u otra serie de problemas pasados los años. Para evitar que alguno de estos materiales quede alojado en el interior del paciente tras una intervención, existe un protocolo de actuación por el cual enfermeras, llamadas instrumentistas, realizan un recuento del material empleado tanto al comienzo como al término de la operación.

Pero los sanitarios son humanos, y cometen errores como todo el mundo. Por eso, de cuando en cuando hay "olvidos", y tras ellos, pacientes que optan por interponer una denuncia. Si la presunta negligencia ha tenido lugar en un centro hospitalario de Osakidetza, son médicos y abogados del Centro Vasco de Salud quienes estudian el tema tras formularse la reclamación. Estos equipos se suelen reunir mensualmente. Según insisten desde la asociación, no suele ser habitual que den el brazo a torcer. E incluso cuando existe un reconocimiento de la negligencia médica, es habitual que la oferta indemnizatoria no sea lo suficientemente cuantiosa como para cicatrizar las heridas. Así, el caso acaba con frecuencia en los tribunales.

Según la memoria de la asociación, Ginecología y Obstetricia son el segundo servicio más denunciado. El mayor número de reclamaciones suele guardar relación con malformaciones fetales que no se han detectado o no se han notificado durante el proceso de gestación. La Cirugía general ocupa el tercer puesto.